El líder del PP catalán, Alejandro Fernández, ha pronunciado este viernes un discurso tajante ante la situación de crisis en la que ERC y Junts han sometido al Govern y a la Generalitat. Fernández ha preguntado a los políticos separatistas si «no se les cae la cara de vergüenza» y ha recriminado al presidente, Pere Aragonés, que en estos momentos «el futuro de 7,5 millones de catalanes esté en manos de los 3.000 afiliados de Junts«. Y es que será la militancia de este partido la que, entre los días 6 y 7 de octubre, decida si la formación debe o no mantenerse como parte del Govern.
Alejandro Fernández, que ha protagonizado uno de los momentos estelares de estos días de debate al acusar a Pere Aragonés de haber enterrado el procés, ha recordado que estas sesiones parlamentarias tenían como objetivo que cada partido presentara sus propuestas para afrontar «la mayor inflación desde 1984» y «la incertidumbre de la guerra en Ucrania». Sin embargo, ha destacado, el resultado ha sido «un vicepresidente destituido, un gobierno que nadie sabe cuánto va a durar y una propuesta de nuevo referéndum que nadie entiende y que ni siquiera se comparte en el seno del Govern».
Las claves de la crisis
Fernández ha sido muy concreto a la hora de dirigirse a Pere Aragonés, al que ha formulado tres preguntas que son las claves de la actual situación que atraviesa el Govern. «¿Tiene la confianza de esta Cámara?», le ha dicho, poniendo sobre la mesa precisamente la exigencia que Junts hace al presidente de someterse al examen del Parlament. «¿Tiene la confianza de todos sus consellers?», en referencia a que los posconvergentes pusieron el jueves sus cargos a disposición del partido. Y, finalmente, le ha lanzado una igualmente dura cuestión: «¿Confía usted en todos sus consellers?».
El popular, finalmente, ha recriminado también al PSC de Salvador Illa su papel en esta crisis. En este sentido, Fernández le ha exigido que «deje de ponerse de perfil» y ha calificado de «poco edificante» su actuación. Un papel que, ha dicho, «está a medio camino entre la complicidad y la indiferencia».