Uno de los puntos de fricción entre Junts per Catalunya y Esquerra Republicana es la estrategia a seguir para culminar la disolución del actual Estado. Así, mientras los primeros abogan por el enfrentamiento directo, los segundos han apostado por arrancar concesiones al Gobierno central en una mesa extraparlamentaria —la llamada Mesa de Diálogo— que los acerquen cada vez más a la anhelada secesión. En este sentido, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha dado a entender en una entrevista en TV3 que la negociación del referéndum separatista deberá esperar hasta al menos 2024, una vez se hayan producido las elecciones generales.
«Si dijera que sería posible un referéndum en una semana o en un mes no estaría dando una información adecuada. Engañaría a la ciudadanía si dijera que en dos meses tendremos reconocido un referéndum», ha explicado en la entrevista. «El independentismo debe fortalecerse, hay que generar consensos más amplios y ponernos de acuerdo para hacer posible que la ciudadanía decida».
«Que nadie más entre en prisión y que vuelvan los exiliados»
De este modo, ha avanzado que las conversaciones en la mesa de negociación con el Ejecutivo de Sánchez hasta las generales de 2024 girarán en torno a lo que el separatismo y el Gobierno de Pedro Sánchez llaman la «desjudialización». «Desjudicialización significa que nadie más tenga que entrar en prisión y que las personas exiliadas puedan volver. No podemos confiar en una justicia española tan conservadora, pero podemos hacer reformas legislativas. Tenemos una legislación penal en el Estado que se ha utilizado para perseguir ideas políticas, esto debe reformarse», ha aclarado Aragonès.