Corría el año 2013 cuando una recién nacida Assemblea Nacional Catalana (ANC) organizaba la que sería la primera gran manifestación separatista en Cataluña. Su entonces presidenta, Carme Forcadell, se convertía así en una de las gurús del movimiento, acompañada de la número uno de Òmnium Cultural, Muriel Casals, quien fallecía tres años más tarde tras un accidente en Barcelona. Ambas eran las caras más visibles de una organización que, decían entonces, ordenaba a los partidos separatistas cómo actuar y que llevaría a Cataluña hacia la independencia. La Vía Catalana se convertía de la noche a la mañana en el principal acto de unidad de las fuerzas independentistas con el «poble». Una década más tarde, y en palabras de la actual portavoz del Ejecutivo autonómico, Patricia Plaja, la convocatoria, que se celebrará el próximo domingo, es «un acto más» dentro del programa organizado por el separatismo para celebrar la Diada de Cataluña.
Plaja se ha pronunciado de esta manera en una rueda de prensa en la que ha intentado restar importancia al anuncio de que el presidente del Govern, Pere Aragonés, no asistirá a la convocatoria del 11S. En este sentido, la portavoz del Ejecutivo autonómico ha señalado que el Govern estará presente en la protesta a través de los consellers de Junts, formación que, por otro lado, se ha hecho con el control de la ANC y que está instrumentalizando esta entidad para mantener su particular guerra con los republicanos.
Junqueras también dice no a la Diada
Lo cierto es que la tensión entre ERC y Junts va in crescendo a medida que se acerca la Diada. Mientras las bases de Junts exigen una consulta para forzar al partido a abandonar la Generalitat, el secretario general de los republicanos, Oriol Junqueras, ha anunciado que, al igual que Aragonés o que Ernest Maragall, no acudirá a la principal cita separatista. Junqueras ha asegurado en una entrevista en la Ser que la convocatoria «va contra muchos independentistas y del independentismo mayoritario». En ERC no parecen dispuestos a perdonar que la convocatoria, sobre todo la formulada por parte de la ANC, se centre en los reproches a los partidos oficiales separatistas y al propio Govern. Reproches que, a su vez, también lanza Junts, a pesar de que forma parte de ese mismo gobierno.
Pere Aragonés, por su parte, sí participará en la Festa per la Llibertat, organizada por Òmnium y que se celebrará el mismo domingo, a partir de las 10.30 horas, en el Passeig de Sant Joan de Barcelona. Un evento cuyo acto político tendrá lugar a las 12.30 horas. El presidente del Govern ha confirmado su asistencia tras señalar días atrás que participaría en aquellos actos en los que «se puedan defender las ideas en positivo, de forma integradora y plural».
Por si todo esto no fuera suficiente, el ex presidente del Govern Artur Mas ha advertido este martes del riesgo de que el proyecto independentista fracase del todo si Junts rompe el Govern con ERC. En este sentido, Mas ha acusado a las principales formaciones separatistas de mantener una tensión que se traduce en la «sensación de que no hay un objetivo claro«. No han quedado ahí las críticas de Mas, que también ha arremetido contra la ANC, acusándola de «radicaliza» el mensaje contra los partidos. «Sin los partidos», ha asegurado en una entrevista en Catalunya Ràdio, «no se llegará nunca a la independencia».
