Pese a que las coordenadas ideológicas en las que se encuadra la extinta Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) son muy similares a las de los comunes, el espíritu de la formación ecosocialista tiene previsto adoptar una nueva encarnadura. La antigua ICV se refundará en un nuevo partido que se llamará Esquerra Verda. Pese al cambio de nombre, la formación seguirá cobijándose bajo el paraguas de los comunes, con los que continuará concurriendo en los distintos comicios catalanes.
De hecho, en estos momentos la mayoría de los dirigentes de Esquerra Verda forman parte de Catalunya en Comú. Dos de los actuales responsables de ICV, David Cid y Marta Ribas, son diputados en el Parlament tras haberse presentado en una candidatura de los comunes. Además, ambos, junto al eurodiputado Ernest Urtasun —que se integrará en el nuevo espacio— están en la Ejecutiva de los comunes. Por lo que respecta a Cid, es también miembro del núcleo de decisiones de la formación liderada por Ada Colau.
Un grupo paritario de 30 personas diseña las líneas maestras del partido
Aunque aún no se ha fijado una fecha para celebrar una asamblea fundacional, es posible que ésta tenga lugar después del verano. A instancias del grupo impulsor de la refundación del partido, Reflexión ecosocialista, se ha designado a un grupo paritario de 30 personas encargado de dibujar las líneas de actuación del partido, así como su organización. Entre los miembros que componen dicho grupo, destacan la alcaldesa de Montcada i Reixac, Laura Campos; la senadora Sara Vilà; los exdiputados Jordi Guillot y Josep Vendrell o la diputada en el Congreso Maria Freixanet.
En la actualidad se cumple un año desde que el partido ecosocialista, tras acumular una deuda de 9,2 millones de euros, entró en concurso de acreedores. Ello obligó a la formación a presentar un ERE que afectó a 16 empleados. La debacle económica de ICV arrancó con la hipoteca que el grupo solicitó para adquirir una nueva sede en el barrio Gótico de Barcelona. La decisión se tomó cuando el partido se encontraba en uno de sus mejores momentos, fruto de la formación del primer tripartito con PSC y ERC. Sin embargo, tras presentarse a las elecciones en 2014 bajo el paraguas de Catalunya en Comú, ICV no dejó de debilitarse, tanto en el plano popular como en el económico. La venta de sus activos inmobiliarios, sin embargo, no le permitió saldar el total de sus deudas.