Numerosos analistas han destacado a lo largo de los años que la xenofobia constituye una característica fundamental del nacionalismo étnico. Así, autores como Jorge Polo Blanco, en su reciente Románticos y racistas (El Viejo Topo) o Francisco Caja en sus dos volúmenes de La raza catalana han buceado en los orígenes racistas de los nacionalismos periféricos, que, como se sabe, son tenidos hoy por progresistas. En este sentido, hoy mismo el diputado de Junts per Catalunya y expresidente de la Cámara de Comercio de Barcelona Joan Canadell acaba de rescatar una entrevista a Antoni Gaudí en la que el arquitecto catalán desgrana una visión profundamente xenófoba con respecto al resto de españoles, acusándolos de expoliadores innatos.
Sin embargo, Canadell no ha compartido las declaraciones de Gaudí para vituperarlas sino para celebrarlas.«Fantástica entrevista al genio Gaudí, que tendría que leer el presidente Pere Aragonès», comenta en su cuenta de Twitter. Acto seguido, destaca la siguiente frase de la entrevista a Gaudí, concedida al diario quincenal Vila-Nova en 1917 con motivo de la muerte de Enric Prat de la Riba: «La voluntad de los castellanos de darnos lo que nos toca, no la tendrán nunca… no cultivan la riqueza, como hacen los catalanes, sino que la explotan, la dilapidan».
Gaudí, nacionalista y partidario de la secesión
En la entrevista, Gaudí no solo destila una visión supremacista sobre el conjunto de los españoles, sino que indirectamente también atribuye a Cataluña un presunto derecho a autodeterminarse como nación en virtud de su identidad colectiva diferenciada. «El día que Cataluña goce del poder que le corresponde como entidad natural, cambiará todo», sentencia hacia el final de la conversación.