Algunos periodistas y cómicos de TV3 recurren con frecuencia al humor incorrecto para vehicular sus críticas políticas. Entre ellos se cuenta Jair Domínguez, que aseguró que «hablar castellano es de tontos o mala persona», Peyu, que profiere habitualmente la expresión «Puta España», o Toni Soler, que llegó a desear que los jueces del procés «se asfixiasen» con la cena de Navidad. Sin embargo, algunos resaltan la ironía de que estos artistas no suelen tolerar que nadie bromee o relativice con los separatistas condenados por el golpe del 1-O, para quienes exigen un tratamiento irreprochable.
No es de extrañar, pues la agresiva reacción de Soler cuando Nacho Martín Blanco bromeó en redes sobre el chapuzón de la élite separatista en la piscina de Cadaqués de Pilar Rahola, desde donde entonaron cánticos separatistas. En concreto, el comentario de Martín Blanco que desencadenó la ira de Soler fue éste: «Me parece fantástico que Rahola y otros ilustres oprimidos y represaliados se refocilen orondos en su piscina de Cadaqués, pero lo que no entiendo es que aún haya catalanes que se crean toda la morralla argumental que estos caraduras llevan décadas vendiéndoles. Vergüenza ajena.»
Y la reacción del cómico nacionalista, la que sigue: «Así pases tres añitos en la cárcel como Cuixart y te pudras en ella, chato». La dureza de estas palabras, a su vez, fueron contestadas con humor por el diputado naranja: «Hombre, Toni, la imagen no casa con la retórica victimista de la “represión”. Tampoco con el hecho de que la empresa de Cuixart reciba una subvención de medio millón de euros de el “Estado opresor”, ni que tú te embolses 8 millones de euros anuales de una televisión pública del mismo Estado». Y concluyó: «¡Bendita represión!».