La situación judicial de la ex presidenta del Parlament Laura Borràs, cada día más complicada. Hasta tal punto es así que, pese a que el secesionismo conservador ha cerrado filas en torno a ella —rindiéndole un homenaje en el que estuvo presente el expresidente de la Generalitat Quim Torra—, la izquierda secesionista ya se ha desmarcado de ella, señalando el portavoz de ERC Gabriel Rufián que su caso de presunta corrupción «no tiene nada que ver con el independentismo».
Y es que, tal y como ha publicado hoy El Periódico de Catalunya, la Fiscalía planea exigirle una pena de entre 3 y 6 años de cárcel, además de una pena de inhabilitación. En cuanto a la naturaleza de los delitos —recordemos que se le acusa de haber fragmentado contratos para beneficiar a un amigo cuando se encontraba al frente de la Institució de les Lletres Catalanes—, el ministerio público le atribuirá prevaricación y falsedad documental. Por el contrario, no tiene prevista acusarla de malversación de fondos públicos ni fraude administrativo.
Borràs se atrinchera en las redes
Por su parte, Borràs sigue defendiendo a capa y espada su inocencia, achacando las imputaciones a un complot de las «cloacas del Estado» contra Cataluña. En este sentido, se muestra especialmente activa en Twitter, donde repite una y otra vez que es víctima de la «represión» española y difunde los numerosas muestras de apoyo de políticos, periodistas y seguidores nacionalistas.