Decía Salvador Sostres en el Diari de Girona el día 7 de julio —Comèdia— que «Laura Borràs sabe que ha de dimitir porque, aunque es verdad que ha hecho cosas que todo el mundo hace, o que muchos hacen y no pasa nunca nada, a ella la han pillado (…) Estamos ante una clase política increíblemente mediocre, farsante y que padece los problemas que se ha buscado.»
Y, prematuramente, concluía: «La comedia cada día se la cree menos gente, y sólo hace falta ver la poca capacidad de convocatoria que últimamente tienen las demostraciones independentistas. También ha sido esclarecedora la soledad que ha sufrido Laura Borràs, y el que prácticamente nadie, desde que hemos conocido su imputación, ha salido a defenderla.»
Pero sí ha habido unas expresiones de apoyo, aunque no muchas ni exultantes. El sábado 9 de julio la imputada llenó de seguidores una sala de 250 personas en el Ateneo Barcelonés, incluso hubo quien se quedó las puertas. Borràs, según la crónica que publica el Ara, busca exhibir apoyos y «ganar la batalla del relato asegurando que el suyo es un caso más de represión del Estado y no de presunta corrupción, como consideran ERC y la CUP».
El sábado 9 de julio la imputada llenó de seguidores una sala de 250 personas en el Ateneo Barcelonés, incluso hubo quien se quedó las puertas
Presentes estuvieron los expresidentes Carles Puigdemont (éste por videoconferencia) y Quim Torra; altos cargos de JxCat, como Jordi Turull, Albert Batet, Aurora Madaula y Francesc de Dalmases, y ausentes, todos los consejeros del actual gobierno de la Generalitat. Nadie de ERC ni de CUP se presentó a apoyar a alguien que ven como figura destacada de un partido rival. Su inocencia o culpabilidad les importa un comino.
En el acto no se dijo nada nuevo ni relevante. La protagonista citó un conocido poema de Maya Angelou, Still I Rise, en versión catalana de Anna Pena: «Em podeu degradar en la història / amb mentides inquietants, / tractar-me com si fos escòria / però jo, com la pols, m’acabo alçant.» (Esta versión castellana de Ana Muela Sopeña es más acertada: «Podrás inscribirme en la historia / Con tus mentiras amargas y retorcidas, / Podrás arrastrarme en la basura misma / Y a pesar de todo, como el polvo, me levantaré.»)
Toda una exhibición de orgullo, a primera vista; pero más bien de soberbia, si vemos cuál es el asunto del poema. Maya Angelou no está hablando de un asunto personal, de un amor contrariado, sino de la historia ocultada de los negros en América, de su sufrimiento olvidado, de su voz silenciada. Es un asunto controvertido, pero en cualquier caso la referencia es demasiado elevada para que alguien la esgrima en beneficio propio, más todavía si es alguien que está acusado de algo tan vulgar y prosaico como el troceamiento de contratos.
Una represaliada más
La crónica de Vilaweb —L’avís de Borràs— anuncia que «hoy se ha rodeado de muestras de afecto y cariño de personas de su entorno, gente del mundo de la cultura y del núcleo duro de JxCat para dejar claro que piensa resistir hasta el final». Y parece que «intentará dar la vuelta al proceso judicial que le espera para salir reforzada políticamente, a pesar de la incertidumbre ante las posibles penas de prisión y más causas que le puedan abrir».
El mensaje que intentaba transmitir el acto era que «la presidenta del Parlamento de Cataluña es una represaliada más del proceso (…) Para el futuro político de Borràs no será tan determinante lo que digan los tribunales, a pesar del evidente impedimento de las posibles penas de cárcel, como lo que crea el electorado».
Y acaba la crónica apostando por el futuro liderazgo de la imputada en su partido o donde sea: «Parece que Borràs no sólo trabaja a corto plazo, sino también a largo. Su campaña empezó hace tiempo, pero ahora se reactiva con el objetivo de generar un estado definitivo de opinión por arrastre.»
Menos de 3.000 firmas de apoyo
El jueves 8 se dio a conocer la recogida de firmas en apoyo a <a target=_blank href=»»>Laura Borràs, cultura, compromís i llibertat</a>, con un breve manifiesto que mezcla churras con merinas: «Cultura, libertad y compromiso son tres fuentes de luz que los enemigos de la verdad querrían encerrar dentro de una caja negra para dejarnos a oscuras. Son los mismos que quisieran que Laura Borràs no fuera quien es, ni estuviera donde está, ni fuera como es.» Pero ¡si sólo la acusan de saltarse la ley de contratos de la Administración pública! Su cultura, su libertad y su compromiso están fuera de discusión.
Pero ¡si sólo la acusan de saltarse la ley de contratos de la Administración pública! Su cultura, su libertad y su compromiso están fuera de discusión
En dicha web, se advierte un culto a la personalidad desmedido y desbocado: «La honorabilidad de Laura Borràs no se debe a su cargo; se debe a muchos años de dedicación desinteresada por la cultura, por los creadores, por la literatura, por la lengua, por el país, por la libertad, por la soberanía, por la memoria, por los Països Catalans.»
Vilaweb anunciaba que el manifest de suport a Laura Borràs rep vuit mil signatures en dos dies, y todos los medios han ido repitiendo la cifra sin molestarse a comprobar si era cierta. Pues bien, el domingo día 10, a media tarde, la lista de firmantes ocupaba 3.039 líneas, de las cuales hay que suprimir un montón de nombres repetidos. Sólo entre los firmantes cuyo nombre de pila empieza por la A, que son 309, hay 27 duplicidades y tres o cuatro más que despiertan sospechas. Sea cual sea el método de recolección de apoyos, urge purgar la lista. También habría que combrobar si existe en Manlleu una enfermera llamada «Finally Dance Crisis», pero éste en un caso excepcional.
Uno de los aquelarres típicos de Laura
Bernat Dedéu, en el Nacional —¡Resiste, Laura!—, la defiende a su peculiar manera: «La tradición de promediar contratos es una cosa más vieja que la administración misma.» «De todos los fraudes cometidos por los políticos procesistas, la contabilidad creativa me parece una mancha bastante exigua.»
Dedéu cree que «la presidenta del Parlament hace santamente resistiendo come scoglio una imputación que pinta muy prefabricada», pero también que «Borràs ha demostrado la misma capacidad de gesticulación nebulosa que la mayoría de sus ilusos enterradores». En ella igualmente «todo es humo, todo es pasarela, todo son tuits con letra atrevida que acaban con una indisimulada reverencia y la nómina en el cajón».
«En este contexto, cuando todo el mundo se pasa la disociación entre declaraciones y hechos por el forro, la única salida de cualquier líder procesista es continuar la farsa mientras el ego resista toneladas de cinismo.» Una de cal y otra de arena: «Borràs es la única política catalana en activo que todavía mantiene la retórica de confrontación con el Estado (…) La gestión pública se ha convertido en un asunto de consolación emocional y de aspiraciones meramente sentimentales; así se vio ayer mismo en el acto que los fanáticos de la presidenta organizaron en el Ateneu (…), uno de los aquelarres típicos de Laura con un reparto de abrazos digno de los concursantes de Eufòria.»
En definitiva, «en Borràs no se confía; su persona es un objeto de simple y pura creencia (…) la política de nuestro país es un asunto religioso y la parroquia de Borràs se dirigirá a donde haga falta con tal de verla recitar poesía y proclamar resistencia». Ganan sentido estas frases si se lee proceso donde pone Borràs.
Este breve video —además de oír como el inoportuno gorgorito de una soprano vestida de amarillo estropea el canto de Els Segadors— sirve como ilustración de lo que es envolverse en la bandera.
