El ex presidente del Barça Sandro Rosell ha anunciado este martes que baraja presentarse a la Alcaldía de Barcelona en las elecciones municipales que se celebrarán en mayo del año que viene. No lo hará con Centrem, como se había rumoreado hasta ahora, sino que, según ha señalado en dos entrevistas, lo hará con un grupo de profesionales independientes, no vinculados a ninguna formación política.
Rosell ha descartado pactar, si se diera la ocasión, con formaciones como Barcelona en Comú o la CUP por considerarlas de extrema izquierda. Sin embargo, no tendría problema en alcanzar acuerdos con Junts, ERC o con el PSC. No ha mostrado el mismo entusiasmo a la hora de barajar algún pacto con el PP, aunque no lo ha descartado del todo.
El ex presidente blaugrana, no obstante, se ha escudado en su madre para no haber tomado aún la decisión. En este sentido, ha asegurado que a su madre, Dolors Feliu, le preocupan los «ataques» mediático o judicial que puedan sufrir Rosell y la familia. «Cuando te pones en el aparador, aparecen muchos intereses políticos y económicos», ha justificado Rosell, «muchas envidias y eso se traduce en hacer mal a la familia».
Muchos separatistas han interpretado en redes como Twitter el anuncio de Rosell como una advertencia a los independentistas de izquierdas. Sobre todo a la ERC liderada en Barcelona por Ernest Maragall, quien a día de hoy es de los mejor posicionados para suceder a Ada Colau al frente del Consistorio de la capital catalana y a pesar de que el propio Rosell ha dicho que no tendría problema en pactar con los republicanos. Otros han identificado el proyecto político de Rosell con el que puso en marcha en 2019 Manuel Valls para entrar en el Ayuntamiento de Barcelona y que impidió que Maragall fuera elegido alcalde.