El fugado Carles Puigdemont, eurodiputado y presidente del llamado govern paralelo, es decir, el Consell per la República, no ha dudo en barrer para casa al conocer que Escocia tiene la intención de celebrar un nuevo referéndum de autodeterminación en 2023. Así lo anunció el martes la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, quien aseguró que su gobierno ha redactado ya una nueva ley para celebrar esta consulta el 19 de octubre del año que viene.
Ante este anuncio, Puigdemont ha mostrado su apoyo a Sturgeon dado que, según ha indicado en un vídeo publicado por el Consell per la República, «los escoceses tienen el derecho democrático a decidir libremente su futuro». La ministra se ha comprometido en numerosas ocasiones a que el referéndum se celebrará legalmente, es decir, con el acuerdo del Gobierno del Reino Unido. De ahí que Puigdemont también se haya mostrado seguro de que este ejecutivo «respetará a los escoceses» y colaborará en la celebración de la consulta, tal y como ya hizo el ex primer ministro David Cameron en el pasado.
Sea como sea, llama la atención esta defensa de la consulta por parte de Carles Puigdemont. Sobre todo porque este es el objetivo de ERC a través de la mesa de diálogo con el Estado. Una mesa que Puigdemont y Junts han torpedeado en numerosas ocasiones y ante la cual se han mostrado más partidarios de una declaración unilateral de independencia que de una consulta de autodeterminación.