El expresidente de la Generalitat, Artur Mas, se ganó el apodo de El Astut por haber explicado que la mejor estrategia para el separatismo pasaba por «engañar al Estado». Sin embargo, el actual secesionismo no parece siquiera interesado en disimular sus desafíos a la legalidad española. Es el caso del conseller de Educación, Josep González Cambray, que ha anunciado en reiteradas ocasiones que su departamento desacatará el fallo de los tribunales que establece un 25% de castellano en las escuelas catalanas.
Ahora, con motivo del fin de curso escolar, ha remitido una carta a directores y profesores en la que presume de las medidas adoptadas para burlar el dictamen de la Justicia. «En un curso marcado por las injerencias de los Tribunales en el modelo de la escuela en catalán, desde el Departamento hemos protegido jurídicamente a las direcciones, a los maestros y los proyectos lingüísticos de los centros y ahora estamos desplegando acciones concretas para incrementar el uso del catalán en el ámbito educativo», señala la misiva.
Entre las acciones concretas que menciona Cambray, se cuenta la de crear comisiones lingüísticas que vigilen en qué lengua imparten sus clases los profesores o se relacionan con los alumnos. De momento, este año se ha implantado el sistema en 20 colegios, pero el año que viene se extenderá a mil y el siguiente está prevista que todos los centros lo adopten.