Del mismo modo que el separatismo siempre ha negado tajantemente fractura alguna en la sociedad catalana fruto del procés, también ha negado que el golpe contra la legalidad constitucional de 2017 produjese pérdidas económicas para la comunidad. Así, a principios de año el vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró, aseguró que el desafío secesionista no había supuesto un perjuicio para las cuentas catalanas y que éstas «van como un tiro».
Sin embargo, las cifras no parecen confirmar la optimista visión de la Generalitat. Desde que estalló el procés en 2017 hasta el primer trimestre de 2022, Cataluña es la comunidad autónoma que ha perdido mayor volumen de facturación por empresas que han cambiado de domicilio, según ha publicado El Español. En particular, el citado volumen asciende a 54.983,8 millones de euros. Mientras, durante el mismo lapso de tiempo, las compañías que resolvieron asentarse en Cataluña tuvieron unas ventas de 9.802,2 millones de euros. Esto es, que el procés ha sido responsable de un saldo negativo para Cataluña de 45.181 millones.
Madrid recoge los frutos
Llamativamente, la Comunidad de Madrid ha sido la región más favorecida por el éxodo empresarial catalán. Durante el último lustro, las empresas que se han instalado en Madrid han cosechado una facturación de 53.428 millones de euros. Mientras, las que decidieron marcharse sumaron unas ventas de 16.579 millones, por lo que Madrid tuvo un saldo positivo de 36.849,1 millones.