La importancia del turismo en Cataluña
El peso del turismo en la economía española es tremendo. En 2019, antes de la pandemia, la actividad turística aportaba el 12,4% del PIB. Y mantenía un número de empleos de 2,2 millones. Brutal. En 2020, con la pandemia, la aportación al PIB cayó a menos de la mitad: el 5,5%. Y cientos de miles de empleos tuvieron que refugiarse en los ERTEs. Menos mal que, pese a la inflación y a la guerra de Ucrania, parece que en este año 2022 podremos recuperar el nivel de actividad pre-pandemia.
Es muy probable que en Cataluña la aportación del turismo al PIB catalán sea superior al 12,4% que anotó el conjunto de España en 2019. Y lo mismo será aplicable al nivel de empleo. No hace falta decir más.
En Cataluña hay líderes políticos a los que no les gusta el turismo. Prefieren que la gente se gane la vida de otra forma. Sólo hay que decirles que, antes de reducir el turismo, creen esas otras formas de ganarse la vida. Hoy por hoy, el turismo es el petróleo de este país. Claro que tampoco les gusta el petróleo.
En Cataluña existe una tasa turística
Es vital que este año 2022, y los siguientes, sean años de total recuperación turística. Empresarios y poderes públicos deben converger en ese objetivo. Por eso, llama la atención que se siga exigiendo en Cataluña un impuesto autonómico propio como es el Impuesto sobre Estancias en Establecimientos Turísticos, conocido como Tasa Turística. Tasa que no existe en ningún otro sitio de España, salvo Baleares.
Llama la atención que se siga exigiendo en Cataluña un impuesto autonómico propio como es el Impuesto sobre Estancias en Establecimientos Turísticos, conocido como Tasa Turística. Tasa que no existe en ningún otro sitio de España, salvo Baleares.
Este impuesto obliga a pagar un determinado importe por cada día de estancia en hoteles de cualquier clase, viviendas turísticas (AirBnB) y campings. Y también por los barcos turísticos o cruceros.
¿Cuánto se paga? En este año 2022 la tasa turística en Barcelona por persona y día es: en hoteles de 5 estrellas 3,50 euros; en 4 estrellas 1,70; en viviendas turísticas 2,25; en el resto establecimientos 1 euro. No se tributa por encima de 7 días.
Además, en Barcelona, el Ayuntamiento obliga a pagar un recargo municipal, de 1,75 euros por persona y día en 2022. Está previsto que en 2023 este recargo sea 2,75 euros. En 2024 y siguientes será 4 euros.
Hay que decir que la tasa turística y el recargo municipal son mayor precio de la estancia y engrosan la base imponible del IVA, al 10%. O sea que su impacto al consumidor se incrementa en un 10%. La factura crece.
Hay que decir que la tasa turística y el recargo municipal son mayor precio de la estancia y engrosan la base imponible del IVA, al 10%. O sea que su impacto al consumidor se incrementa en un 10%.
Qué sentido tiene la tasa turística
El Govern justificó esta tasa con el argumento de que «internaliza las posibles externalidades que el turismo puede causar en zonas de alta concentración». Dicho con palabras menos cursis: se trata de compensar las molestias que los turistas causan a los vecinos. O que vengan menos turistas. Parece que nadie piensa en el empleo.
Es obvio que la aplicación de estos gravámenes desincentiva el consumo turístico. En condiciones parecidas, un operador turístico decidirá enviar a sus clientes a destinos donde estos gravámenes no se apliquen. Así ofertará un mejor precio. Por eso, si Cataluña quiere recuperar el turismo y competir eficazmente con otros territorios, debe suprimir la tasa turística y el recargo municipal. De no hacerlo, seguirá en una situación de desventaja competitiva. Tristemente, esto es más cierto aún en la situación de recuperación incompleta e incierta que vivimos en estos momentos.
Es obvio que la aplicación de estos gravámenes desincentiva el consumo turístico. En condiciones parecidas, un operador turístico decidirá enviar a sus clientes a destinos donde estos gravámenes no se apliquen.
Este impuesto recaudó 66 millones en 2019. Y sólo 21 en 2020, con la pandemia. ¡Qué buena ocasión para suprimirlo a la vista de esa debacle!
Qué pasa con la tasa turística sobre los cruceros
La tasa turística también grava la estancia en barcos turísticos (cruceros) que hagan escala en un puerto de Cataluña. No se grava por los turistas que inician o terminan su crucero, sino por los turistas que hacen escala.
¿Cuánto hay que pagar? Si la estancia es superior a 12 horas, se pagan 3 euros por persona. Si es inferior, 1 euro. A esto se añade lo que hay que pagar por el Recargo Municipal de Barcelona: 1,75 euros en 2022 (2,75 en 2023 y 4 en 2024).
Y están pensando en un nuevo impuesto sobre los cruceros
El pasado 23 de mayo la alcaldesa Ada Colau envió una carta a la consellera de Acción Climática, Teresa Jordà, instando al Govern a establecer medidas limitativas del número de cruceros que hacen escala en Barcelona. Ada Colau echa de menos una medida como la que han tomado en Baleares, donde se limita a 3 el número de cruceros que pueden hacer escala diariamente en el puerto de Palma. No sabemos si estas limitaciones afectan también a los cruceros que inician o finalizan viaje en el puerto.
Para el Ayuntamiento el problema de los cruceros es de contaminación, pero también de sostenibilidad: miles de personas concentradas en pocas horas en la zona del centro, generando sensación de colapso. (Un comentario: ¿alguien piensa en los cientos de locales de negocio donde hay gente que se gana la vida gracias a ese supuesto colapso?).
La señora Jordà contestó que el Govern está estudiando un Proyecto de Ley que crea un nuevo impuesto sobre las emisiones contaminantes de los barcos en las zonas portuarias de Cataluña. Esto afectará a todos los cruceros, tanto a los que hagan escala como a los que inicien o finalicen viaje. Y a todos los demás buques. Es un tema medioambiental, no turístico. El impuesto será progresivo según el nivel de gases emitidos. Se espera su entrada en vigor en 2023. No sabemos más. Pero no parece que se trate de algo parecido a lo de Palma. Es mucho más grave.
Qué se puede decir de esta ocurrencia
Ocurrencia es el calificativo empleado por Foment para esta iniciativa del Govern. Otro impuesto más. Para machacar todavía más la economía.
Los empresarios catalanes están hartos de ataques al turismo. Entre el Govern y el Ayuntamiento de Barcelona conseguirán que los cruceros escojan otros puertos más acogedores para hacer escala. Y que Cataluña pierda una importante fuente de riqueza. El puerto de Barcelona es el más importante del Mediterráneo en el tema de cruceros. En 2019 el número de cruceristas que pasaron por Barcelona fue de 3,14 millones, generando una facturación de mil millones, 340 euros por crucerista. Y son 9.000 empleos.
Y ese delicado tejido económico será machacado por tres impuestos: la Tasa turística, el Recargo Municipal y el futuro impuesto medioambiental.
Es increíble que, con la que está cayendo, sin haber salido de la pandemia, con una inflación del 8,7% (dato de mayo), con una incertidumbre acongojante por la guerra de Ucrania, y con un débil crecimiento del PIB, el Govern tenga estas ocurrencias. No es sólo que tengan una empatía nula con empresarios e inversores. Es que viven en otro mundo.
