El Richal (@El_Richal_) es uno de esos tuiteros que se hacen querer desde el primer día que das follow a su cuenta. Quienes lo conocemos desde hace años, nos referimos a él como «primo». Sabemos que está casado con «la Vane», una mujer con un genio tremendo pero que, muy en el fondo, aún le quiere. También que vende bragafajas a precios de escándalo. Y que a veces tira de «malacatones» para ajustar la caja. Es divertido, irónico y popular.
El procés, sin embargo, nos descubrió a un tuitero realmente dolido por lo que estaba sucediendo en Cataluña y que, a través del humor, intentaba afrontar la triste realidad de una sociedad fracturada en la que la razón, sobre todo en el otoño de 2017, no servía de nada. Tuitea y concede entrevistas como esta desde el anonimato porque tiene claro que en la Cataluña de hoy no es fácil ir contra el sistema.
Ha sido con la pandemia del COVID-19 cuando hemos conocido al padre orgulloso. Tiene una hija enfermera que, como buena parte de los sanitarios de este país, tuvo que hacer un máster en enfermedades infecciosas en dos horas para poder luchar contra un virus que ha arrasado con el sistema sanitario, con la economía y con nuestro estado de bienestar.
Es usted uno de los tuiteros con más éxito en la red de los últimos años. ¿Qué es para usted Twitter? Y ¿a qué achaca su propio éxito?
Twitter era para mí un desahogo divertido ante el estrés de mi trabajo. Pco a poco lo fui convirtiendo en un medio para airear las vergüenzas del independentismo y, actualmente, al frente independentista he añadido a lo que tenemos de Gobierno de España. No sé si tengo éxito como tuitero, pero quizás lo que le debe gustar a los que me siguen es la mezcla entre el cachondeo, la ironía y que soy un poco bruto. O es eso o son las ofertas en bragafajas del mercadillo. ¡Ellos sabrán!
Tiene usted casi 30.000 seguidores en este momento. Pero podrían ser muchos más si no fuera porque le han cerrado la cuenta en varias ocasiones en los últimos tiempos. ¿A qué achaca la persecución?
Casualmente me han ido cerrando las cuentas al llegar a los 30.000 seguidores. A la actual ya le toca (risas). Me persiguen por igual los facuos, la conocida banda de reportadores afín a uno de los partidos del gobierno y dirigida por quien todos en Twitter conocen, y los lazis, otra banda de abducidos independentistas.
A veces me planteo no autocensurarme pero, de vez en cuando, doy un repaso a mis tuits y borro algunos.
@El_Richal_
¿Existe la censura en Twitter? ¿Y la autocensura?
La censura es escandalosa. Le pongo un ejemplo muy reciente. Al rapero Valtonyc [fugado de la Justicia española en Bélgica y colaborador actualmente de Carles Puigdemont] le dicen que no incumple ninguna norma cuando escribe «Recibir a los de VOX con piedras es un deber social». A mí me han bloqueado la cuenta ¡hasta por un tuit en el que solo puse un punto! O por tener una conversación simpática con algún tuitero y decirle que beber determinada cerveza era para matarle. Inmediatamente te reportan y el algoritmo de Twitter hace su trabajo.Cuando he reportado tuits en los que se me insulta, Twitter me responde que no se ha incumplido ninguna norma porque «hay que tener en cuenta el contexto». Sin embargo, nunca tienen en cuenta el contexto para otros. En cuanto a la autocensura, pues sí, me autocensuro. Últimamente, demasiado. A veces me planteo no hacerlo, pero de vez en cuando doy un repaso a mis tuits y borro algunos. Ni en mi época del colegio en los Trinitarios tenía esta sensación de puritanismo como la que tengo ahora.
Sus mensajes suelen estar cargados de ironía. Pero en los últimos meses ha mostrado su faceta más personal, a través de su hija, enfermera que se ha dejado la piel contra el COVID-19. ¿Por qué ha decidido dar el paso de mostrarse como un ser humano real y no como el supuesto vendedor de bragas de mercadillo que muchos creen que realmente es?
Mantengo el anonimato porque donde vivo es un riesgo hacerse notar como antiindependentista. Me decidí a hablar de mi hija sobre todo por orgullo de padre. Ella es enfermera de quirófano y está en el grupo de trasplantes. De repente, con una charla de dos horas (para trabajar con infectados se suele tener un master), la meten en UCI, sin apenas medios de protección. Ha estado estos tres meses peleando como una campeona. Cada día, al salir del hospital, nos llamaba, un poco para tranquilizarnos y otro poco como desahogo. Nos contaba las panzadas a llorar que se daban ella y sus compañeras, como cuando con su móvil ponía en contacto a las familias con un hijo, un padre o familiar. En algún caso para que se pudieran despedir. Si las televisiones y el Gobierno hubieran contado en tiempo real lo que los sanitarios han visto y pasado, seguro que ahora no veríamos la ligereza con la que la gente se está tomando esto.
A pesar de la censura, Twitter se ha convertido en un medio en el que te puedes informar a tiempo real, lo que antes hacía la radio.
@El_Richal_
¿En qué ha cambiado Twitter en los últimos tiempos?
Sobre todo en la censura. Pero también en que, a pesar de esa censura, se ha convertido en uno de los medios en los que te puedes informar a tiempo real, lo que antes hacía la radio. Y algo para mí muy importante: se puede tener contacto con algunos de nuestros representantes políticos. Hay políticos que no usan Twitter para sus mensajes adoctrinadores, como sí lo hacen Gabriel Rufián o Pablo Echenique. Hay muy buenos políticos que dialogan contigo, que te mandan mensajes y responden a los tuyos. Tengo un montón de ejemplos de políticos de PP, VOX y Cs. Recuerdo un día de Sant Jordi que fui a que la diputada Marta Rivera (@CiudadanaMartaR) me firmara un libro. Me presenté como el Richal. Su simpática reacción no se me olvidará (risas).
¿Le han dado ganas alguna vez de cerrar definitivamente la cuenta?
Pues sí, cada vez que me han cerrado una cuenta me he dicho «hasta aquí». Pero acabo picando. Las ganas de poder decir cosas me pueden.
En esta inmensa barra de bar, ¿ha podido hacer amigos de verdad?
Es la mejor parte de Twitter. Algunos hemos quedado para comer o en alguna manifestación del 12O. Con otros tengo una muy buena y divertida relación en un par de grupos «fachas» en los que estoy metido. Y no puedo olvidar a los grandes amigos tuiteros que vinimos desde el blog de @santigonzalez10, como los inolvidables @cchurruca y @maralhino, que desgraciadamente nos dejaron antes de tiempo.
Me decidí a hablar de mi hija por orgullo de padre. Es enfermera y la metieron en la UCI sin ninguna protección. Ha peleado como una campeona.
@El_Richal_
Cierto, Churruca y Marce eran especiales e inolvidables. Pero, la Vane, ¿qué opina de esto? ¿No se pone celosa? Dejemos claro para el lector que ‘la Vane’ es la esposa de El Richal, conocida por todos sus seguidores aunque ninguno la ha visto nunca publicar un mensaje.
La Vane está hasta el gorro de Twitter. Me dice que por su culpa le hablo poco. ¡1.000.000 mensajes en Twitter y dice que hablo poco! Eso es porque no me lees, le digo. Tiene cuenta, pero apenas escribe en ella. Muchas veces me da ideas divertidas para poner en un tuit.
¿Qué es lo más raro que le ha pasado en Twitter? ¿Lo mejor? ¿Y lo peor?
Lo más raro o curioso, que amigos o familiares me manden un Whatsapp con un tuit mío y no sepan que soy yo. Lo mejor, los mensajes de agradecimiento por el trabajo de mi hija. Lo peor, amenazas de independentistas, miedo a ser descubierto, por lo que me puedan hacer. Ya hemos tenido una mala experiencia en casa y en el coche por haber puesto una bandera de España en el balcón.
¿Qué hacemos si nos cierran el chiringuito?
Yo tendría más tiempo para el mercadillo, el cobre y las bragafajas. Y para acabar de leer un tochazo de libro que se me ha hecho bola (risas).
