La presentación de la propuesta de ley sobre el fomento del asociacionismo en el Parlament este miércoles ha sido duramente rebatida por la diputada de Ciudadanos Anna Grau, que, entre otras cuestiones, ha acusado a los partidos separatistas de pretender implantar en Cataluña el modelo «norcoreano» de sociedad.
En un contundente discurso, Grau ha afirmado que el separatismo pretende, a través de esta nueva ley, «extender sus tentáculos y las redes clientelares de poder«. Ha recordado cómo las políticas del Govern y de las administraciones gestionadas por el independentismo han beneficiado únicamente a entidades vinculadas al objetivo de la ruptura con España. Y ha puesto como ejemplo la situación de la asociación constitucionalista Sociedad Civil Catalana (SCC), que «para sobrevivir tuvo que recurrir a una fundación en Madrid para canalizar donaciones a su favor porque, hacerlo aquí en Cataluña, bajo el ojo de águila o de buitre de la Generalitat, era y es un suicidio empresarial». Lo mismo le sucede, ha añadido, a otras asociaciones vinculadas al constitucionalismo como la AEB, S’ha Acabat o «cualquier otra asociación que les toque el relato».
El palacete parisino de Òmnium Cultural
La diputada naranja ha recordado también cómo entidades como Òmnium Cultural han gozado de siempre del favor de los poderosos. En este sentido, se ha remontado a los años 60, cuando esta entidad, nacida al amparo del franquismo, «disfrutaba de un palacete en París», mientras el presidente de la Generalitat en el exilio, Josep Tarradellas, solo podía ejercer como tal «en el jardín de su casa» cuando «su mujer tenía que darle la vuelta a pantalones y vestidos para ocultar su miseria«.
Grau ha acusado a «elefantes» como la Plataforma per la Llengua, la ANC y Òmnium de «gastar ingentes recursos» públicos y privados «para hacer avanzar la agenda separatista«. Mientras, entidades como SCC han promovido «pequeños logros» como el reparto de ejemplares de la Constitución en castellano y catalán en Girona, teniendo la oposición de la alcaldesa y diputada de Junts, Marta Madrenas.
La diputada ha concluido su intervención recordando que la hoy presidenta del Parlament, Laura Borràs, «creía que el dinero de la Institució de les Lletres Catalanes era para enriquecer a sus amiguetes». Y, en este punto, ha acusado al Govern «nacional y socialista» de dar aún más poder a asociaciones ultras para incumplir la sentencia del 25% de castellano. «Esto», ha concluido, «es Fahrenheit 451, son ustedes la Stasi que persigue el bilingüismo allí donde lo ve florecer».