Acabada casi la pandemia de COVID-19, los políticos catalanes han comenzado tímidamente la precampaña, aun cuando el presidente Quim Torra no ha dado a conocer todavía en qué fecha se celebrarán las elecciones. Este martes ha sido la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, la que ha entrado en liza acusando precisamente a Torra de no ser el más adecuado para liderar el equipo de negociación de Cataluña con el Estado a través de la mesa pactada entre el PSOE y ERC y que, presumiblemente, se reunirá por segunda vez en julio.
«Todos sabemos», ha dicho Colau, «que Torra no podrá liderar el diálogo y no podrá liderar la solución de la reconstrucción». Y es que, ha añadido la alcaldesa, el presidente «solo habla para los independentistas y lo dice explícitamente». «Torra ignora a más de la mitad de los catalanes y eso hace que no pueda liderar la solución que necesita Cataluña en diferentes ámbitos», ha añadido Colau en una entrevista en Radio 4.
A las palabras de Colau ha respondido Quim Torra a través de su cuenta de Twitter. «Querida«, ha tuiteado el presidente, «es alcaldesa con los votos del sr. Manuel Valls y del PSC. Lecciones de diálogo, ni una». Si la primera frase tiene poco que ver con las palabras de Colau, la segunda ha resultado aún más sorprendente: «Le recuerdo que su partido gobierna en Madrid: ¿por qué ignoran a los presos políticos que están en las prisiones? ¿Por qué ignoran a todos los catalanes independentistas?».
El «miedo» de ERC
Ada Colau, por otro lado y como líder de Catalunya en Comú, ha mostrado su deseo de lograr un acuerdo entre «fuerzas progresistas» tras las elecciones autonómicas y si dan los números. En este sentido, ha admitido que ese acuerdo tendrá que pasar por ERC, una formación con la que tiene un trato preferencial en el Consistorio de Barcelona pero a la que cuestiona por su sumisión a JxCat: «Con ERC podemos tener muchas coincidencias pero, en campaña, les agarra el miedo a que Convergència les gane y priman el eje independentista».
En este sentido, Colau ha definido como «error» y «ejercicio de mala política» el «polarizar y dividir al país entre independentistas y no independentistas». Y ha invitado a los republicanos a «decidir qué quieren ser y qué proyecto de país tienen».
No se que es peor, el fanatismo identitario de Torra o la falta de criterio de la alcaldesa que puede decir una cosa y la contraria con un par de horas de diferencia. En todo caso, los dos de gestionar nada de nada