En la precampaña de las últimas elecciones generales, Pedro Sánchez prometió que el PSOE no haría «descansar el gobierno de España, ni por activa ni por pasiva, en los independentistas». Como han destacado distintas voces críticas, aquella promesa choca con las recurrentes cesiones que el Ejecutivo realiza al separatismo, a quien, como es sabido, depende para gobernar. La última de estas concesiones se ha producido hoy con la destitución de la directora del CNI, Paz Esteban, de quien los separatistas venían exigiendo su cabeza por el Caso Pegasus (pese a que las escuchas estaban autorizas por los jueces y el informe elaborado por el separatismo se ha revelado inconsistente).
Como era de esperar, el cese de Esteban ha despertado un alud de críticas entre el constitucionalismo, que lo ha interpretado como una claudicación inaceptable del Estado ante el secesionimo. Uno de los primeros en reaccionar ha sido el actual líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, que ha tachado la depuración de Esteban de «injustificable». «Sánchez consuma el esperpento y ofrece la cabeza de la directora del CNI a los independentistas, debilitando una vez más al Estado para buscar su supervivencia. Es una auténtica afrenta a nuestro país».
Por su parte, Edmundo Bal, portavoz de Ciudadanos en el Congreso y ex abogado del Estado destituido por el Gobierno de Sánchez por defender la rebelión en el juicio del procés, se ha expresado igualmente en términos contundentes: «La cabeza de la directora del CNI a cambio del apoyo del separatismo. No hay calificativos para la vergüenza. Mi apoyo a Paz Esteban». Y, recordando su caso personal, ha añadido: «Sé perfectamente cómo se comporta Sánchez con los servidores públicos que anteponemos la lealtad a España a la obediencia al gobierno de turno».
En un tono más sarcástico, el jefe de opinión de El Español, Cristian Campos, ha denunciado la doble vara de medir que a su juicio aplica el Ejecutivo de Sánchez: «El mensaje del PSOE es diáfano: puedes dar golpes de Estado, malversar fondos públicos y reunirte con Putin para reventar el país, pero te irás a la calle si obedeces la ley, respetas la democracia e intentas proteger a los españoles de las amenazas a la seguridad nacional».