Si bien hubo momentos en los que el separatismo trató de ofrecer una imagen amable y pacífica —la célebre revolució del somriures—, desde hace años los altercados violentos o performances de tinte hostil parecen ser la seña del movimiento. Un nuevo ejemplo tuvo lugar ayer en Gerona, donde manifestantes quemaron un muñeco del Rey Felipe VI vestido de militar una bandera constitucional española. La acción, tras la cual se encuentra la Coordinadora Antimonárquica de Girona, tenía como finalidad protestar por la visita de Fundación Princesa de Gerona a la ciudad que tendrá lugar mañana viernes. Los manifestantes, que ascendían a 150 y portaban una pancarta con lema República, también cortaron el tráfico de la carretera de Barcelona.
«No queremos que ninguna propuesta de futuro de la ciudad pase por el cedazo de la Fundación Princesa de Gerona ni de ningún Borbón», señala el manifiesto de la plataforma antimonárquica. Su voluntad es que «se marche de la ciudad la plataforma de blanqueamiento de una monarquía corrupta y represiva». «Somos una sociedad madura, emancipada y republicana y por eso no aceptamos ninguna muestra de caridad de ningún Borbón», abunda el texto.
Asimismo, el documento también mantiene que Felipe VI es el «rey de la represión, el rey del 3 de octubre, el rey del “a por ellos”, del imperialismo, con el único mérito de ser el sucesor impuesto del dictador Francisco Franco». Y concluye: «Recordamos a Felipe de Borbón que la ciudad de Gerona lo ha nombrado persona non grata y que no es bienvenido en Gerona, una ciudad que mira al futuro y a una república independiente. Por todos estos motivos, echamos al rey Borbón de Gerona».