Es sabido que pese a que a los partidos separatistas siempre acaben gobernando al alimón, sus relaciones distan mucho de ser perfectas, alcanzando en ocasiones momentos de gran tensión. En concreto, la relación en Junts per Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya, en disputa siempre por la hegemonía separatista en Cataluña, es considerablemente tirante, lanzándose continuas acusaciones cruzadas. Y aunque el Catalangate —las escuchas del CNI a dirigentes separatistas— ha vuelto a difundir una imagen de aparente unidad entre Junts y ERC, los recelos permanecen. Prueba de ello, tal vez, sea la manera en la que la presidenta del Parlament, Laura Borràs, se dirigió ayer en el Parlament a sus socios republicanas: «Izquierda Repelente».
El lapsus —ya que sus palabras no fueron intencionadas, como se apreció por su rápida rectificación— se produjo al darle la palabra Borràs al diputado republicano José Rodríguez durante la sesión de control. «Pregunta al Gobierno a responder oralmente en el Pleno sobre la seguridad vial. Formula la pregunta el diputado señor José Rodríguez, en nombre del Grupo Parlamentario de Esquerra Repel·lent… Republicana», dijo Borràs, percatándose de su error.
Pese a la pronta corrección, el lapsus despertó grandes risas entre los diputados de todos los grupos, incluyendo a los neoconvergentes. Tanto es así, que Joan Canadell y el portavoz de JxCAT, Josep Rius, reaccionaron echándose las manos a la cabeza. Por su parte, el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, comentó lo ocurrido en Twitter manifestando «Esto ha pasado» y añadiendo emoticonos carcajeantes. Se trata del segundo lapsus llamativo de un político en poco tiempo, pues el mismo día el presidente del Gobierno Pedro Sánchez había llamado «Señor Abascal» al portavoz de ERC Gabriel Rufián.