La Audiencia de Lleida ha condenado a cuatro años de prisión a Eduardo P. A. por un delito de abuso sexual a una menor durante un campamento de verano organizado en la localidad de Áger (Lleida). El condenado, según la sentencia, trabajaba en julio de 2019 como monitor en unos campamentos infantiles en los que participaba la víctima, nacida en 2006.
La madrugada del 23 de julio de 2019, el hombre entró en la habitación donde dormía la menor junto a otras niñas y le realizó tocamientos «para satisfacer su ánimo libidinoso y vulnerar la libertad e indemnidad sexual» de la víctima.
Según la sentencia, la menor se despertó y se encaró al monitor. Éste, le insistió para que le diera un abrazo, a lo que ella «accedió a fin de que» la dejase y se fuese de la habitación. Antes de salir, aprovechó «para darle varios besos en la mejilla acercándose a su boca».
La menor, atemorizada por lo que había sucedido pidió a una compañera de habitación que durmiese con ella. En ese momento, el hombre volvió a entrar para pedirle que «no explicara nada de lo sucedido, e insistiendo para que saliera al pasillo para hablar con él», a lo que ella se negó.
«Presa de un importante nerviosismo», acudió junto a su amiga a contar lo sucedido a una monitora lo sucedido y llamó a su madre por teléfono. A consecuencia de este abuso sexual la víctima sufrió trastorno por estrés postraumático con ansiedad necesitando tratamiento terapéutico. Por eso el tribunal también impone al condenado que indemnice a la víctima con 10.600 euros de los que responderá como responsable civil subsidiario la empresa que organiza los campamentos.