El Gobierno de Sánchez y Unidas Podemos parece estar enfriando las expectativas del secesionismo en torno a la mesa de negociación respecto a Cataluña. Si ayer fue el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien en una entrevista en La Vanguardia señalaba que deseaba convocar la citada mesa en julio pero veía a Cataluña en un contexto “difícil” por la inminencia de las elecciones autonómicas, hoy ha sido el ministro de Consumo, Alberto Garzón, el que se ha expresado en términos parecidos.
Así, Garzón ha manifestado en declaraciones a Catalunya Ràdio que, aunque comparte con Sánchez el anhelo de celebrar la mesa cuanto antes, ha advertido de que la “mesa de diálogo tiene que servir para corregir un problema estructural y estaría bien que debatiera soluciones sin estar mirando con el rabillo del ojo las encuestas electorales”. Por este motivo, el dirigente de Unidas Podemos preferiría que la negociación con el separatismo se retomase después de haberse celebrado los comicios catalanes en lugar de este mes de julio. Y es que, a su juicio, la experiencia dice que en época preelectoral los políticas tienden a “exagerar los discursos y polarizar”.
ERC y Unidas Podemos, una relación “fraterna”
El ministro también ha aprovechado la ocasión para lamentar las posiciones de Ciudadanos —que han advertido que la “mesa de la vergüenza” dificultará las negociaciones sobre los presupuestos—, acusándoles de querer “enquistar” el conflicto en Cataluña. Por el contrario, ha salido en defensa de la ERC, cuya relación con UP ha calificado de “fraterna”. “Me gusta esa ERC que mira a la clase trabajadora”, ha afirmado, si bien ha admitido que en ocasiones disienten. Ante las reticencias del Ejecutivo, Esquerra no ha tardado en evidenciar su malestar.
En un artículo en La Vanguardia firmado al alimón entre el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el líder de ERC, Oriol Junqueras, ambos instan al Gobierno a fijar ya una fecha y un orden del día para la mesa. “Sánchez”, argumentan, “no puede esconderse más y creer que el tiempo —o cualquier otra argucia— resolverá el conflicto.”. Así pues, los autores del texto alertan de que la mesa de negociación debe concretarse con urgencia puesto que es “imprescindible”. En este sentido, defienden en el artículo, “ni la crisis nos puede hacer olvidar la amnistía y la autodeterminación, ni podemos esperar a la República para empezar a transformar el país”.