Después de que el Parlamento Europeo decidiese recientemente investigar los vínculos de los dirigentes del procés y la Rusia de Putin —pese al rechazo de Izquierda Unida y el separatismo—, aparecen nuevas evidencias que confirman dicho nexo. Hasta ahora, tal y como reveló en un artículo el prestigioso diario New York Times, sabíamos que la mano derecha del expresident Puigdemont, Josep Lluís Alay, había viajado en la primavera de 2019 a Rusia para conseguir el apoyo ruso a una eventual secesión catalana. Pues bien, ahora ha revelado El Confidencial que el Govern de Quim Torra y el entorno de Puigdemont llevaron a cabo gestiones en Rusia de esa índole hasta febrero de 2020, justo antes de que estallara la pandemia.
Según cuenta este rotativo, un alto cargo de la Generalitat, Roc Fernández, y Alay se reunieron en Moscú con agentes de Inteligencia, periodistas encargados de difundir propaganda y campañas de desinformación y un consejero del Ministerio de Energía. La idea era abrir un canal de colaboración secreto en entre el Kremlin y el gobierno de la Generalitat.
El enlace con los jefes de la mafia rusa
En concreto, se han documentado tres viajes del jefe de la Oficina de Puigdemont a Moscú: dos de ellos en 2019 y, el último, en febrero de 2020. Sin embargo, la pandemia interrumpió estas comunicaciones. Además de Fernández, Alay estuvo acompañado de Dmitrenko, embajador de la Cámara de Comercio de Barcelona y enlace con el entorno de Putin y los jefes de la mafia rusa. Las evidencias de estos viajes y reuniones son tan sólidas que sus protagonistas han tenido que reconocerlos, pero han negado que éstos tuvieran como objetivo conseguir respaldo a la causa secesionista.