Durante años, el nacionalismo catalán repitió como una mantra que la demanda de escolarización en castellano en Cataluña era anecdótica, cifrando las familias que así lo habían solicitado en torno a 40. Además, está cifra fue hecha suya por parte de los medios de izquierdas que respaldaban la exclusión del castellano escolar, que contribuyeron a difundir la idea de que la inmersión contaba con un respaldo social inquebrantable. Pues bien, desde que el Tribunal Supremo estableció que el castellano debe ser vehicular junto al catalán en las aulas en al menos un 25%, la plataforma Escuela de todos ya ha logrado un total de 900 demandas colectivas firmadas, según cuenta el diario ABC.
Según explica la plataforma, impulsada por 15 organizaciones del ámbito constitucionalista catalán, ha conseguido la mayoría de las rúbricas a través de las carpas instaladas en la calle a tal efecto, y proceden de padres con hijos escolarizados. Allí, según relatan, los padres se animan más a firmar que a través de Internet porque se les orienta personalmente y se les proporciona toda la información que necesitan. Escuela de Todos también señala que mucha gente sin descendencia se acerca a la carpa a manifestarles su simpatía.
Forzar la aplicación del 25%
«Ante la anunciada desobediencia de la Generalitat y la inacción del Gobierno de España, solo los ciudadanos podemos conseguir el fin de la inmersión lingüística», informa la entidad en su página web, que trata de conseguir la ejecución forzosa del fallo del TS en caso de que la Generalitat no inste a su aplicación —ésta tiene de plazo hasta el próximo día 20 de marzo. Entra la entidades que integran la plataforma, se cuenta la AEB, Impulso Ciudadano, S’ha Acabat o Sociedad Civil Catalana.