Los problemas de la Justicia de destacadas figuras del secesionismo no acabaron con los indultos a los líderes del procés concedidos por el Ejecutivo de Sánchez. Hoy, la protagonista por sus avatares judiciales era la diputada de la CUP en el Parlament Eulàlia Reguant, a la que se iba juzgar durante dos días por desobediencia grave a la autoridad. La imputación se remonta al juicio del procés, durante el cual Reguant se negó a responder en calidad de testigo a las preguntas de Vox, que ejerció de acusación popular en la causa.
Pese a ello, el Tribunal Supremo ha anulado el juicio por un «error en la tramitación de la causa». El motivo es que entiende que el juzgado de Madrid no era competente para declarar la apertura del juicio porque la acusada ya era aforada ante el alto tribunal. «Con la finalidad de extremar las garantías, el tribunal va a apoyar la nulidad acordando la retroacción de las actuaciones». Así, el Supremo ha ordenado que se devuelvan las actuaciones al final de la instrucción, de modo que la Fiscalía emita su informe de acusación y un juez acuerde la apertura del juicio oral.
El secesionismo sale en su defensa
Antes de conocerse esta decisión, diversos dirigentes de las formaciones separatistas habían cerrado filas en torno a Regüant a causa de su situación judicial. Por una parte, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, había publicado en su cuenta de Twitter: «Todo el apoyo a Eulàlia Reguant. Basta de persecuciones judiciales y basta de juicios políticos. De pie y firmes contra el fascismo. A tu lado».
Por otra, el eurodiputado y expresident fugado de la Justicia Carles Puigdemont, había asegurado en la misma red que Reguant es «juzgada por negarse a responder a las preguntas de la ultraderecha política española, convertida en un brazo más del poder judicial». Y había añadido: «Toda la solidaridad con ella, y todo el rechazo a este persecución política, que no cesa».