La eterna división que aqueja al separatismo se manifiesta cada día en los más diversos detalles. Uno de ellos es la diferente reacción ante la asistencia del expresidente de la Generalitat y corrupto confeso, Jordi Pujol, a un acto sobre el futuro de Europa organizado por la conselleria de Exteriores y que contó con la presencia del resto de expresidents: Mas, Montilla, Puigdemont y Torra. Así, mientras el presidente de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, participó sin problemas en dicho acto a pesar de la presencia en él de Pujol, ayer el portavoz de los republicanos en el Congreso, Gabriel Rufián, renegó con contundencia de su celebración.
«Está más cerca de Luis Bárcenas que de según quien», aseveró Rufián sobre Pujol en una rueda de prensa, en la que añadió: «No suma absolutamente nada, y fomentamos y participamos de un blanqueo que no nos conviene». El portavoz republicano se mostró en desacuerdo con «blanquear la corrupción» y, si bien manifestó tener «todo el respeto» hacia la figura de Pujol como «institución», dijo no sentir lo mismo con respecto a su actividad política: «No vengo de la admiración hacia un régimen que duró demasiados años en Cataluña y evidentemente no estoy de acuerdo con homenajes a quien lo lideró. Una cosa es no vilipendiar y el otro es hacer homenajes».