Jaume B. pasó diez meses conviviendo con el cuerpo de su ex pareja enterrado en el jardín de su casa. La mató el 7 de agosto de 2018 en su domicilio en Terrassa asestándole casi una veintena de golpes en el cráneo y en la espalda con un hacha. Después, para no levantar sospecha, acudió a la policía junto a la madre de la víctima a denunciar su desaparición.
«Me vino a ver y me dijo que habían tenido una discusión, y que sobre las once de la noche se había ido de casa sin coger nada, con lo puesto», declaró la madre de Mónica, quien afirmó que su hija sufría trastorno de personalidad, por el que se estaba medicando. «La relación con nosotros era un poco complicada, porque tenía un carácter un poco especial agravado por la enfermedad», reconoció.
Reconoce la autoría del crimen
Hoy, tres años y medio después, el acusado ha admitido el crimen ante la Audiencia de Barcelona. «La situación explotó por nada. No fue rabia ni odio. Fue un momento de desesperación, porque no sabía qué hacer, en el que sentía que mi vida no valía nada, que era un apéndice de una mente enferma. Me desesperé y la pegué con lo primero que encontré», ha declarado este martes.
«La situación explotó por nada. No fue rabia ni odio. Fue un momento de desesperación»
La Fiscalía pide 24 años de prisión
La Fiscalía pide 24 años de prisión para Jaume B. por un delito de asesinato con el agravante de alevosía y ensañamiento, así como la medida de seguridad de libertad vigilada por diez años y una indemnización de más de 110.000 euros para los familiares de la mujer. La acusación particular, que representa a la madre y el hermano de la fallecida, reclama una pena de 27 años de cárcel.
La acusación particular, que representa a la madre y el hermano de la fallecida, reclama una pena de 27 años de cárcel.
El acusado, que solo ha respondido a las preguntas de su abogado, ha explicado que la víctima empezó a gritarle por lo que la empujó dentro del lavabo que estaba en el jardín, cogió «lo primero que tenía», un hacha que había en la puerta y comenzó a golpearla hasta que cayó al suelo. Según él, no fue consciente de que la había matado hasta que estuvo en el suelo y presa del pánico, decidió esconder el cadáver en el jardín de la vivienda que compartían.