El DirCom del DIPLOCAT, Martí Estruch, publica este martes un artículo en el digital Vilaweb en el que da un toque de atención a quienes creen que el separatismo ha renunciado a su proyecto secesionista. «Hemos ido a buscar cambio y pronto haremos otra partida», afirma en un texto titulado Catalunya, game over?. Se trata de un artículo en el que Estruch también desgrana diversas señales de que el procés ha perdido protagonismo a nivel internacional. Sin embargo, resta importancia a esta situación, en lo que parece un intento de animar a los separatistas a mantener la esperanza.
Estruch explica que una prueba de que la independencia ya no es tan atractiva para el exterior se encuentra en Twitter. Según asegura, la presencia digital internacional de esta comunidad autónoma en esta red social ha pasado de 793.605 mensajes en 2020 a 477.155 un año más tarde.
Una cónsul no política
Pone también como ejemplo que EEUU haya elegido como nueva cónsul general en Barcelona a Katie Stana, una diplomática «con un perfil eminentemente administrativo«. «Eso quiere decir», añade, «que hará más presupuestos que no política y tratará más con el personal interno del consulado que no con los políticos locales o los medios de comunicación».
Añade Estruch que ni siquiera el Real Instituto Elcano observa ya el procés como un problema para España. En este sentido, cita un reciente estudio que «considera que el procés soberanista ya no perjudica a la imagen exterior del reino». «Aquí paz y mesa de diálogo y después gloria», afirma, «puede ser que por eso mismo el ministro español del ramo haya decidido fulminar España Global».
Ante esta situación, el directivo del DIPLOCAT apunta dos posibles soluciones. La primera sería la de «los pesimistas» que asumen que el procés ya no tiene peso internacional. A estos los define como «los que confunden los deseos con la realidad». La segunda postura sería la de los que creen que «los focos se volverán a encender y las carpetas volverán a estar encima de la mesa». «Con un poco de suerte», concluye, «la Justicia europea ya habrá dictaminado si los que vulneraron las leyes fueron los que quisieron votar en un referéndum o los que lo impidieron de manera violenta y reprimieron a todo un pueblo por haberlo hecho».