La propuesta de la presidenta del Parlament, Laura Borràs, de suspender la actividad de la Cámara autonómica durante dos semanas para así intentar evitar o aplazar el tener que sacar al cupaire Pau Juvillà de su escaño ha tenido respuesta por parte del PSC. Y no ha sido precisamente de apoyo. Juvillà fue condenado por el TSJC en diciembre a seis meses de inhabilitación por colgar lazos amarillos en su despacho del Ayuntamiento de Lleida en plena campaña electoral. La Junta Electoral Central le ha retirado la acreditación como diputado y ha ordenado a Borràs que lo saque del Parlament. Ante la negativa de esta y su proposición de suspender el trabajo de los diputados, los socialistas han asegurado que, si hace falta, recurrirán a los tribunales.
La socialista Alicia Romero ha dejado claro este martes que el PSC no está dispuesto a secundar la rebeldía en la que Borràs pretende que incurra toda la Cámara. Por ello ha anunciado que los diputados del PSC mantendrán la actividad parlamentaria: «Convocaremos las comisiones que presidimos y pediremos que se convoquen todas las comisiones en las que participamos porque así no se para ni la actividad legislativa ni el control del Govern«.
Romero ha advertido a Borràs de que se encontrará a los socialistas «de frente» y ha amenazado a quienes secunden «este despropósito» con recurrir por la vía legal. «Si hay medidas jurídicas que se pueden tomar para defender los derechos de los diputados», ha dicho en declaraciones recogidas por El Nacional, «lo haremos porque creemos que es grave».