Estos días han coincidido en Catalunya dos iniciativas políticas, con puntos en común, pero con diferencias de calado. Me refiero a la encabezada por Àngels Chacón, CENTREM, y la promovida por Eva Parera, VALENTS. Ambas iniciativas nacen de los evidentes signos de agotamiento de las fuerzas políticas presentes en la escena política catalana en la última década. Ambas iniciativas se sitúan en el centro, centro-derecha. Ambas apuestas son de ámbito exclusivamente catalán. No son pocas coincidencias.
Existe, no obstante, una diferencia sustancial: CENTREM pretende superar los bloques que paralizan la política catalana, por un lado constitucionalistas o unionistas, como prefieran, e independentistas por otro. Por ello entre sus promotores encontramos a personas provenientes del PDeCAT, hasta ahora computado en el 52% independentista de las últimas elecciones, como la propia Chacón, y a otras inequívocamente constitucionalistas o unionistas provenientes de La Lliga o Lliures. Su análisis es que, en este momento histórico, lo trascendente a corto y medio plazo no es el posicionamiento sobre la independencia, al que se aferran en una u otra trinchera, sino la necesidad de aparcar un debate estéril que ha generado un empate de impotencias y convertido el Parlament en un gran teatro en el que predomina el postureo y debates tan esotéricos como el desagravio de las brujas catalanas. Para los promotores de este partido toca dedicar el 100% de las energías a una gestión realista y eficaz de la multitud de problemas que nos acucian para devolver a Barcelona y a Catalunya a la cabeza del desarrollo económico y social.
Para los promotores de CENTREM toca dedicar el 100% de las energías a una gestión realista y eficaz de la multitud de problemas que nos acucian
Por su parte VALENTS explicita en las declaraciones de Eva Parera una finalidad distinta: unir el constitucionalismo. Por tanto no tiene vocación de superar los bloques, si no de redefinir la correlación de fuerzas en el bloque no independentista, más exactamente desde VOX a Ciudadanos pasando por el PP, pues el PSC queda al margen de su radio de influencia. Dicho de otro modo se trata de ocupar el espacio dejado por un PP dividido y un Ciudadanos agónico y frenar el crecimiento de VOX en ese espacio. Y hacer lo desde una formación de obediencia exclusivamente catalana, producto de la evidencia que los partidos de ámbito estatal siempre acaban priorizando el poder en Madrid a las reivindicaciones de los catalanes no secesionistas.
El nombre de ambos partidos expresa mejor que mil palabras las intenciones de ambas formaciones. CENTREM busca vaciar trincheras, superar confrontaciones y busca votantes que, vengan de dónde vengan, prioricen el buen gobierno, centrando su atención en las políticas concretas , huyendo del debate identitario y la dicotomía independencia si o no. Competirá con el PSC por una parte de sus votantes, no olvidemos su alianza con UNITS, que han buscado el voto útil frente al independentismo pero no comulgan con sus postulados de izquierda y sus alianzas con Comunes o ERC. También con JUNTS por aquellos votantes de sentimiento independentista pero que ven el objetivo lejano y, mientras tanto, han de soportar políticas dictadas por republicanos y la CUP. Por último, pero no menos, con el VALENTS, PP y Ciudadanos por el voto de aquellos electores que dudan si lo mejor para cambiar el Gobierno de Catalunya es hacerse fuerte en las trincheras o tratar de echarles tierra. Su mayor riesgo es que sea visto como una mera versión moderada del independentismo como le ocurrió al PDeCAT en las ultimas autonómicas.
Se trata de ocupar el espacio dejado por un PP dividido y un Ciudadanos agónico y frenar el crecimiento de Vox
VALENTS trata de aglutinar el voto no independentista, evitar que se quede en casa, con un discurso de confrontación con el secesionismo libre de las hipotecas de los partidos de ámbito estatal. Su pretensión formal, unir al constitucionalismo, necesita una confluencia con PP y Ciudadanos que, a día de hoy, parece lejana. Si no lo logra acabará siendo un reedición del Ciudadanos anterior a su transformación en partido de ámbito estatal. No es un objetivo desdeñable para evitar que muchos votantes no independentistas acaben nutriendo el abstencionismo.
Ninguna de las dos opciones tiene un camino fácil. El sistema político español no favorece la aparición de nuevas fuerzas políticas. Para poder aflorar, cualquier partido de nuevo cuño ha de conectar con una demanda social fuerte y tener un liderazgo que empatice con los sectores sociales que quiere representar. La prueba de fuego para ambas formaciones serán las próximas municipales.. De conseguir o no un buen resultado en Barcelona dependerá en gran medida su futuro.