Los eurodiputados Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí, fugados de la Justicia española desde 2017, han pedido una reunión con el comisario de Justicia de la UE, Didier Reynders, tras saber que mantuvo un encuentro el pasado día 9 con integrantes de Sociedad Civil Catalana (SCC). Los tres separatistas han acompañado su petición de un libro firmado por el ultra Jordi Borràs sobre la ultraderecha en Cataluña y que vinculada a SCC con este movimiento. Un gesto que solo puede entenderse como una manera de intentar desprestigiar al constitucionalismo catalán en general, y a SCC en particular, ante la UE. Y una petición que se produce justo después de que Reynders se haya comprometido a investigar personalmente el escándalo del niño de Canet de Mar al que el separatismo acosa por querer estudiar en castellano y catalán.
Discurso de odio
En su petición, los separatistas muestran su confianza en que Reynders les reciba para escuchar «una variedad de puntos de vista sobre estos temas». En el mismo escrito califican de «irónico y contradictorio» que la UE intente en estos momentos avanzar contra los discursos de odio a la vez que sus representantes se reúnen con entidades como SCC, que presentan como parte de la ultraderecha catalana.
El trío de Waterloo acusa a SCC en su carta de pedir su extradición a España. Y también denuncian que España tiene un largo camino por delante para llegar a cumplir los objetivos de la carta europea de las lenguas minoritarias y el respeto por las minorías nacionales y ponen como ejemplo de ello que «solo el 7,5% de las sentencias» judiciales dictadas en 2020 fueron redactadas en catalán.
un miserable utiliza a otro miserable para justificar su bazofia argumental. Puigdemont esta destinado a la irrelevancia política y sobrevivir amparado con la ultraderecha nacionalista europea