Europa cierra filas en torno a su encuentro con Sociedad Civil Catalana. Después de que los eurodiputados de Junts Carles Puigdemont, Clara Ponsatí y Toni Comín enviaran una queja a la Comisión Europea por la reunión que ésta mantuvo con la entidad constitucionalista —según ellos vinculada a la «extrema derecha»—, la CE ha defendido el encuentro. «La puerta siempre está abierta. Es importante para la CE relacionarse con la sociedad civil y escuchar diferentes puntos de vista», ha mantenido el portavoz de Justicia, Christian Wigand.
La reunión —protagonizada por SCC y el comisario de Justicia europeo Didier Reynders— ha escocido en el mundo separatista porque, desde que tuvo lugar el golpe contra la democracia constitucional perpetrado en 2017, el Ejecutivo europeo no se ha reunido ni una sola vez con ningún dirigente secesionista. En cambio, sí lo ha hecho con el líder del PSC, Salvador Illa —que mantuvo encuentros con eurocomisarios a principios de noviembre— o con su antecesor, Miquel Iceta. Inquirido sobre una posible reunión con el separatismo, Wigand se negó a confirmar si aceptaría: «No puedo dar una respuesta especulativa sobre cuál sería la respuesta a una potencial petición».
El contenido de la reunión
En cuanto a la reunión mantenida con SCC —solicitada a instancias de la entidad y Ciudadanos—, Wigand ha informado de que el colectivo no nacionalista preguntó acerca de los problemas relativos a las Euroórdenes dictadas por los líderes del procés, la secesión de Cataluña y la vulneración de derechos lingüísticos en la comunidad. La respuesta del comisario de Justicia, ha desvelado Wigand, fue que la cuestión de la Euroórden es «puramente judicial», que en relación a la secesión de Cataluña la posición de la CE ya es conocida y, por último, que su competencia con respecto a las lenguas es limitida.