Aprovechando que numerosas estatuas y monumentos han sido atacadas en los últimos días alrededor del mundo por los manifestantes del movimiento Black Lives Matter —que consideran que dichos símbolos ensalzan un pasado racista—, la CUP propuso retirar recientemente la estatua de Colón de Barcelona por su “connotación racista” y por iniciar “uno de los mayores genocidios de la historia”. La denuncia iba en mismo sentido que otra expresada hace unos días por Jéssica Albiach, presidenta de En Comú Podem en el Parlament. En su opinión, retirar el monumento de las Ramblas sería “una buena medida” para negar reconocimiento a una figura cuya colonización de América generó un “genocidio”.
A esta controversia se ha sumado ahora el Institut Nova Història (INC), famoso por reivindicar el supuesto origen catalán de Cristobal Colón, así como de otras figuras históricas como Cervantes, Shakespeare o Leonardo da Vinci. La entidad ha salido en defensa de la figura de Colón recuperando en las redes un artículo de su fundador, Jordi Bilbeny, en el que se niega que éste fuese “esclavista”. Así, en el texto se asevera que “Colón no fue esclavista, sino que luchó con todas sus fuerzas para evitar que los indígenas fueran esclavizados y, por el contrario, trabajó hasta la extenuación para que fueran tratados como súbditos de los reyes, con los mismos derechos que los catalanes”.
Un defensor de las “libertades y la justicia de Cataluña”
Sin embargo, a nadie se le escapa que detrás de la defensa que efectúa el INC de Colón se encuentra el hecho de que le considera catalán. No en vano, tras recordar que el navegante “y los primeros descubridores de América eran catalanes”, el artículo se pregunta: «¿Se quiere convertir en un símbolo de criminalidad y esclavismo un hombre que luchó por las libertades y la justicia de Cataluña, que puso su vida en peligro guerreando más de diez años contra Juan II, que le fueron confiscados los bienes, que tuvo que vivir en el exilio por razón de su actitud revolucionaria?”.
Finalmente, el artículo aboga por que el “debate sobre el monumento de Colón debería ser la gran oportunidad de los catalanes de hoy para derribar la desinformación, el dogma y el lavado de cerebro y preservar, más allá de toda intoxicación y uniformización inquisitorial y estatal, la información, la luz, las ideas y el pensamiento”. Conviene recordar que, a pesar de la polémica que rodea a las teorías del Institut Nova Història, sus tesis han sido aplaudidas por políticos como Jordi Puigneró o Laura Borràs. Sin olvidar que el diario británico The Guardian denunció en marzo pasado que un instituto que postulaba tesis tan endebles hubiera recibido, a través de empresas vinculadas a él, tres millones de euros públicos desde 2012.