El Parlament ha votado este lunes en contra de una propuesta de Vox con la que se pretendía instar al Gobierno a pedir al TSJC la ejecución de la sentencia que obliga a que el modelo educativo catalán contenga un mínimo de un 25% de horas lectivas en castellano. Sorprendentemente, el PSC ha votado en contra de esta propuesta, a pesar de que los socialistas habían defendido anteriormente justo lo mismo que pide Vox.
El diputado de Vox Manuel Acosta ha advertido al conseller de Educación, Josep González Cambray, de que «tendrá que ejecutar la sentencia, bien por voluntad propia o mediante su ejecución forzosa». Y ha añadido que, si no lo hace Cambray, «lo hará la persona que lo sustituya si se empecina en el desacato«.
Solo Ciudadanos ha dado su apoyo a la propuesta del grupo de Ignacio Garriga, presentada ante la Comisión de Educación, en la que no participa el PP. Curiosamente, la diputada del PSC Alicia Romero ha dicho también este lunes que los socialistas se sienten «padres de la inmersión lingüística», mientras que días atrás fue el número 1 del partido, Salvador Illa, quien admitió que el Govern tendrá que acatar la sentencia del TSJC tras haber sido refrendada por el Tribunal Supremo.
La traca socialista
La postura del PSC ha recibido duras críticas de entidades como la Asociación por una Escuela Bilingüe, presidida por Ana Losada. En un mensaje publicado en Twitter, la asociación constitucionalista ha calificado la postura del PSC «de traca de feria«. «Los que no vamos a cambiar de opinión», ha añadido, «somos los que llevamos años luchando por el bilingüismo».