El republicano Pere Aragonés, que necesitó tres votaciones de investidura para poder ser elegido presidente de la Generalitat, afrontará este lunes su primer pleno de Presupuestos sin la certeza de tener el apoyo de sus socios de Govern, Junts y la coalición radical Guanyem-CUP. Estos últimos han decidido que presentarán una enmienda a la totalidad de las cuentas de 2022 elaboradas por el departamento del posconvergente Jaume Giró. Junts, por su parte, no apoyará nada que haya sido negociado, a su vez, entre ERC y En Comú-Podem. Como suele suceder cuando del separatismo se trata, la realidad de los catalanes pasa a último término para primar intereses que poco o nada tienen que ver con la crisis social y económica derivada de la pandemia de COVID-19.
El presidente lleva varios días buscando apoyos a la desesperada, tras constatar que ninguno de sus socios estaba dispuesto a allanar el camino hacia su primer Presupuesto. Y han sido los comunes de Jéssica Albiach los que más dispuestos parecen a votar sí a unas cuentas que, por otro lado, nada tienen que ver con ERC pues han sido redactadas por Junts.
Abierto rechazo a los comunes
El secretario general de Junts, Jordi Sánchez, dejó claro el domingo que ERC y la CUP han de hacer «un último esfuerzo» por lograr un acuerdo. Sobre todo teniendo en cuenta que ambas formaciones rubricaron otro pacto para un Govern independentista de una duración inicial de dos años. «Solo ha durado seis meses», recordó Sánchez, que les exigió «reorientar las diferencias» que mantienen. «No hay ningún motivo», añadió, «para que una formación independentista no permita la tramitación inicial de los Presupuestos».
Sánchez también se refirió al posible apoyo de los comunes a las cuentas públicas de 2022. Y lo hizo para dejar claro que Junts «no participará en ningún acuerdo que implique un cambio significativo». Sánchez también subrayó que la formación liderada por Carles Puigdemont «no tendrá como referencia las políticas nefastas de Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona».