Los aeropuertos españoles se están convirtiendo en el nuevo escenario de los altercados inmigratorios. El pasado 5 de noviembre un vuelo de Air Arabia Maroc, que cubría la ruta Casablanca, aterrizó por una falsa emergencia médica. Al llegar a tierra, un grupo de viajeros de nacionalidad marroquí empujaron e insultaron a la tripulación para poder bajar del avión y emprender una huida por las pistas para entrar en España de manera irregular.
Ahora la historia se repite en Barcelona. Unos 40 pasajeros con pasaporte libanés de un vuelo procedente de Egipto con escala en Barcelona y con destino Bogotá y Quito permanecen retenidos desde el lunes en el aeropuerto de El Prat, ya que se negaron a continuar el viaje y solicitaron asilo político en España. Desde entonces, permanecen en la sala que el aeródromo dispone para alojar a las personas que solicitan asilo en los controles fronterizos, espacio que dispone de duchas y otros servicios elementales.
Un límite de 72 horas
Dada esta situación, la Policía dispone de hasta 72 horas para efectuar las gestiones de comprobación de la identidad de los pasajeros y descartar que no haya ninguno con órdenes de detención en vigor. Durante este procedimiento no pueden salir de la zona delimitada en el aeropuerto. En el caso de superar el trámite, el siguiente paso es que los que demandan asilo pasen a ser atendidos por el sistema nacional de acogida, que depende del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.