ERC lo tiene cada vez más complicado para mantener a Pere Aragonés al frente de la Generalitat. Cierto es que el separatismo tiende a tensar la cuerda al máximo para, cuando está a punto de romperse, llegar a un acuerdo in extremis que permita salvar los muebles. Pero esto cambió en la pasada legislatura, cuando la inhabilitación de Quim Torra llevó a Junts y ERC a uno de los peores momentos de su relación y, en la actual, todo indica que serán los Presupuestos de 2022 los que podrían convertirse en el motivo, sino de la ruptura, sí de un replanteamiento del pacto de gobierno.
¿Diferencias insalvables?
Mientras Aragonés busca apoyos a la desesperada para aprobar las cuentas autonómicas del año que viene, posconvergentes y cupaires han iniciado este jueves su particular negociación de esos mismos presupuestos. Llama la atención el encuentro porque hablamos de dos formaciones que mantienen acuerdos diferentes con ERC y cuyas diferencias, al parecer insalvables, forzaron a Pere Aragonés a presentarse tres veces a la investidura antes de ser nombrado presidente. Para Junts, la coalición Guanyem-CUP es demasiado de izquierdas y las líneas maestras de los cupaires casan poco o nada con la derecha y la ultraderecha lideradas por Carles Puigdemont.
Cada vez más cuesta arriba
Pero en política todo es posible y que la pinza Junts-CUP comienza a convertirse en realidad se pudo constatar el pasado domingo, cuando fue una cupaire, Ona Curto, la elegida para presidir el parlamento fake de Puigdemont, integrado en el Consell per la República. Ningún cargo electo de ERC logró representación en la asamblea de representantes de esta polémica asociación al servicio del fugado líder de Junts.
Ahora falta por ver si realmente cupaires y posconvergentes está más cerca de lo que podría pensarse y si les preocupan las cuentas de un año difícil debido al COVID-19 y a pesar de los Next Generation o si, por el contrario, siguen instalados en la irrealidad que ahora llaman «embate democrático». Sea como sea, Aragonés lo tiene cada vez más complicado y pocos entenderían un Govern con Junts y Guanyem-CUP como socios formales y, a la vez, unos Presupuestos de la supuesta recuperación apoyados por En Comú-Podem y el PSC. Pero en la Cataluña del procés cualquier cosa es posible y, lo que es aún peor, aceptada por los ciudadanos.