Que el separatismo está cada vez más alejado de la libertad es una verdad que pocos pueden poner ya en duda. El grado de fanatismo que alcanzan ciertos sectores del independentismo va más allá de lo preocupante. Es el caso de la Plataforma per la Llengua, que mantiene una cruzada con el fin de obligar a los más pequeños a hablar catalán en todos y cada uno de los espacios en los que se mueven, sin tener en cuenta que no corresponde a una entidad subvencionada hasta los dientes decidir en qué lengua deben expresarse los niños o las familias.
Con este objetivo, la Plataforma per la Llengua, la entidad más subvencionada de Cataluña y, probablemente, una de las más ayudadas con dinero público de España ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas bajo el lema Segur que tenia una escola en Català?. Lleva recogidas, de momento, algo más de 28.000 firmas y tiene como base una «carta abierta a la sociedad» en la que muestra sin ningún escrúpulo su intención de condicionar a los niños de todas las maneras posibles para que abandonen su pretensión de hablar otra lengua que no sea la catalana.
Conciencia lingüística
En este escrito, la entidad ultra presidida por Óscar Escuder afirma que «se ha constatado un notable relajamiento en la conciencia lingüística» que afecta sobre todo a los menores en espacios como el patio o el comedor del colegio. «Más de un tercio del personal docente de los institutos se dirige en castellano al alumnado», lamenta la plataforma, que omite intencionadamente que esta lengua es también oficial en Cataluña. Para esta asociación ultra, esta libertad de los profesores de hablar en una lengua que no es la catalana «es un hecho especialmente grave porque promueve la percepción de que el catalán es solo la lengua de una parte del país y no del conjunto de la ciudadanía».
Con esta base, la plataforma ultra hace una serie de peticiones entre las que destacan, por ejemplo, la dirigida a los profesores, a los que solicita que se dirijan a los alumnos únicamente en catalán porque los docentes «siempre ejercen de modelo lingüístico«. La entidad tiene también un mensaje para los monitores de los patios, los comedores y las actividades extraescolares: «Deben dirigirse siempre en catalán a los jóvenes para garantizar que sea también la lengua vehicular en la educación no formal y en los espacios de tiempo libre. Es precisamente en estos espacios donde los jóvenes pueden ver más claro que el catalán es también una lengua de socialización y de pasarlo bien».
La plataforma pretende también intervenir en las familias, a las que exige «tomar conciencia de hablar a todo el mundo y en todo momento en catalán». Han de hacerlo «evitando los prejuicios asociados al origen, la etnia o la religión de los interlocutores». Les reclama, además, que intervengan en los juegos de sus hijos para obligarles a hablar en catalán durante los mismos y a «consumir productos audiovisuales» únicamente en esta lengua.