Político y escritor, Joan López Alegre (Vilasar de Mar, 1968) lleva años luchando contra el independentismo en Cataluña. Ahora lo hace como portavoz de un grupo de intelectuales y personalidades catalanas que acaba de presentar el Manifiesto Constitucionalista. El objetivo es remover las conciencias de los constitucionalistas dentro y fuera de Cataluña porque, aunque pueda parecer lo contrario, el separatismo no va a parar. Tienen claro, además, que la Cataluña independentista está condicionando al Gobierno y, por lo tanto, a todos los españoles. López Alegre no desvela si la finalidad es convertir este movimiento en un partido político pero sus advertencias sobre la deriva del constitucionalismo catalán son, en esta entrevista, muy claras.
Acaban de presentar el Manifiesto Constitucionalista. ¿Qué es exactamente?
Es la constatación de dos cosas. Una cualitativa y otra cuantitativa. El tema cualitativo es que constatamos que la falta de unidad del constitucionalismo en Cataluña permite que a ciertas fuerzas políticas que tienen como objetivo la destrucción de España como nación controlar las instituciones del Estado que quieren destruir. Es el caso de ERC en Cataluña o de Bildu en el País Vasco. Hay tres de las cuatro provincias catalanas en las que el constitucionalismo no logró representación en las últimas elecciones al Congreso de los Diputados. Hay 800 municipios catalanes en los que el constitucionalismo no tiene representación. En las últimas elecciones catalanas, se han perdido la mitad de los diputados. Por los catalanes y por el conjunto de España es imprescindible que haya una fuerza política capaz de influir en la política española desde la lealtad.
¿Es el embrión de un partido político?
Eso no se sabe aún. Nosotros nos hemos dirigido por carta a los partidos constitucionalistas. Aquí hay unos partidos políticos que tienen como objetivo destrozar España y no tiene sentido que se negocie con ellos. Son partidos que no son leales a esa estructura estatal de la que forman parte. Cataluña tiene unas circunstancias especiales que no nos hacen distintos al resto de los españoles pero que están ahí. Hay mucho más que nos une a los constitucionalistas que no que nos separa. No tiene ningún sentido que pierdas 250.000 votos en Tarragona, Lérida y Gerona por ir divididos.
El problema ya no es el ‘procés’ como tal sino la ‘procesización’ de la política española, por decirlo de algún modo
Joan López Alegre
¿Podría ser también una reedición de Sociedad Civil Catalana?
R.- No lo sé. La verdad es que eso no me lo había planteado. A ver, el problema ahora ya no es el procés como tal sino la procesización de la política española, por decirlo de algún modo. Además, Cataluña no tiene solo un problema independentista en estos momentos. Tiene un mix entre populismo, independentismo y extrema izquierda. Y esto tiene como resultado una serie de políticas que son lesivas para la vida de la gente. Esto va mucho más allá de la independencia.
Sí, acaba afectando a lo personal.
Es que las decisiones políticas de quienes gobiernan el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat tienen consecuencias directas en la vida de la gente. Le pongo dos ejemplos. Para agradar a la CUP y que apoye el Presupuesto de la Generalitat, ERC renuncia al proyecto del Hard Rock en Tarragona. La Generalitat le vendió los terrenos a Hard Rock por 150 millones de euros. Habló de un retorno de 1.300 millones de euros y 11.500 puestos de trabajo. Rendirse a los designios de la CUP supone truncar los sueños y esperanzas de 11.500 personas. Le pongo otro ejemplo: el cocktail de independentismo y populismo que gobierna Cataluña ha supuesto que Pere Aragonés no fuera hace unos días a la reunión para tratar sobre el tema del corredor mediterráneo. Es decir, Cataluña le ha cedido el liderazgo y el protagonismo de esta infraestructura básica a Valencia. Nosotros le vendemos más a Valencia que a EEUU. Aragonés no fue a esa reunión y allí estaba Ximo Puig y el presidente del Puerto de Valencia.
No puedes desalojar a Rufián y a Otegi del control de las instituciones del Estado cuando en tres provincias de Cataluña no tienes representación
Joan López Alegre
¿Por qué es tan difícil la unidad del constitucionalismo catalán?
Supongo que porque, obviamente, una cosa son los votantes de los partidos y otra los intereses de los cuadros internos y los dirigentes. Yo estoy convencido de que los partidos son inteligentes y saben que no se puede seguir así. No puedes desalojar a Rufián y a Otegi del control de las instituciones del Estado cuando en tres provincias de Cataluña no tienes representación. Más allá de los intereses de los partidos está su utilidad. El problema del independentismo ya no es solo catalán. Afecta también a una persona de Sevilla, que ve como quien decide lo que va a pasar con su vida está en manos de ERC y Gabriel Rufián.
Se han hecho varias invitaciones a esta unidad y los partidos no han reaccionado. Antes del 14-F SCC hizo un intento y tampoco fue posible. Ni siquiera fueron capaces de explicar por qué no lo hacen.
Ciudadanos y el PP han pasado de tener juntos más de 40 escaños a solo nueve. Yo no me puedo creer que en toda Gerona capital no haya una sola persona constitucionalista. Si después de esto, nadie está dispuesto a darle una vuelta para ver qué ha sucedido…
Cataluña está gobernada por partidos que quieren destruir las instituciones que gobiernan y es Vox el que defiende esas instituciones
Joan López Alegre
Esto también ha facilitado que Vox haya entrado en el Parlament con nada menos que 11 diputados. ¿Qué lectura no han sabido hacer los demás partidos?
Esa ha sido la voluntad de los catalanes. El establishment catalán comete un error cuando habla de Vox como si fuera algo ajeno. Pero es que resulta que Vox tiene representación donde no la tienen ni Ciudadanos ni el PP. Cuando los medios institucionales en Cataluña hablan de Vox como si fueran ultraderecha o fascistas, no son conscientes de que también le están llamando eso a sus votantes. Y resulta que Cataluña está gobernada por partidos que quieren destruir las instituciones desde las que gobiernan y es Vox el que defiende esas instituciones. Quien defiende el statu quo es Vox, que no es un partido de ultraderecha. Es un partido que ha recogido el voto de hartazgo hacia el procés y la contundencia les ha permitido alcanzar un espacio en el que tienen más representación que el partido de Ada Colau o la CUP. El partido de Colau sí que es lo más extremo que hay. Por otro lado, en 2019 se celebraron en Cataluña tres procesos electorales. En abril de ese año, las generales, e las que miles de personas votaron a Ciudadanos. En mayo se celebraron las municipales y el voto se fue hacia el PSC y en noviembre, de nuevo generales, Vox logró buenos resultados. Gran parte de los constitucionalistas que votaron a los socialistas en las municipales, votaron después a otros partidos. Está claro que en el constitucionalismo hay movilidad del voto entre partidos. En lo que a las elecciones de febrero se refiere, yo recuerdo cosas como los fallos cometidos por Pablo Casado, por ejemplo. Fueron fallos que perjudicaron enormemente al PP.
Es curioso cómo se califica a Vox de ultraderecha cuando en el Govern tenemos un partido como Junts.
Junts es un partido de ultraderecha, clasista y elitista. Tiene el voto de los ricos, habla en catalán y ve TV3. Es el partido más votado en Sarrià, en Sant Cugat y en Matadepera. Utiliza terminología como “ñordos” o “colonos” para referirse a nosotros. Es decir, es un partido con tintes supremacistas. A esto hay que sumar quiénes les apoyan en la UE, que son, por ejemplos, los herederos del comunismo o la ultraderecha de la Liga Norte italiana. Por no hablar de los flamencos. Me refiero a gente que sí que son ultras y que están encantados con Carles Puigdemont. La realidad es que son gente impresentable con la que nadie quiere fotografiarse en la UE, como Nigel Farage. Por otro lado, hay que recordar que en el Parlamento europeo Vox está con un grupo que no es precisamente de ultraderecha, mientras que nadie quiere saber nada de Puigdemont.
Junts es un partido de ultraderecha, clasista y elitista. Tiene el voto de los ricos, habla en catalán y ve TV3. Es el más votado en Sarrià, Sant Cugat y Matadepera
Joan López Alegre
¿Va el constitucionalismo siempre a rebufo del separatismo? Ellos crearon la ANC y nosotros SCC. Ahora ellos, aunque gobiernen, van a la baja y el constitucionalismo no es que esté pasando por su mejor momento.
Ellos tienen el poder y, en Cataluña, el que no sea alinea con el poder está condenado a la muerte civil. Lo único bueno que ha tenido el procés es que mucha gente ha reaccionado. Además de SCC, hay numerosos grupos y asociaciones que están trabajando en el mundo constitucionalista por la libertad. Piense que Polonia o Hungría son auténticas democracias si las comparamos con lo que sucede en Cataluña. Lo que pasa aquí no pasa en ningún lugar normal. Pero es muy difícil articular un movimiento constitucionalista porque enseguida eres señalado.
¿Nos falta valentía?
No es eso. A la gente no le puedes pedir valentía cuando la tuvieron el 3 de octubre escuchando al Rey decir que el Estado les defendería y ahora ven un Gobierno central que pacta con ERC y con Bildu. El Gobierno tendría que perseguir a los que nos ponen la vida más difícil pero resulta que Pedro Sánchez avala a esta gente. ¿Cómo vas a pedir entonces valentía a los demás?
No tienes unos independentistas institucionales con traje y corbata y luego unos alocados que son los CDR. Son todos lo mismo
Joan López Alegre
Ciertos sectores del independentismo comienzan a mostrar signos de radicalización preocupantes, como hemos visto con los ataques a los universitarios de S’ha Acabat en la UAB. ¿Hay miedo a que esto pueda ir a más?
Sí, aunque está claro que todo esto lo promueven los partidos que gobiernan la Generalitat. Si lo piensa, no hay diferencias reales entre los CDR y Junts, ERC o la CUP. Hay investigaciones suficientes que ponen esto de manifiesto. No tienes unos independentistas institucionales con traje y corbata y luego unos alocados que podrían ser los CDR. Son lo mismo. A esto se suma que ellos siguen difundiendo mensajes como que España les persigue o les oprime. Son barbaridades. Y ahí está el vídeo de esa niña llorando porque no logran la independencia. A partir de esto, todo es posible.
Para acabar, ¿cree que volveremos a vivir días como los de septiembre y octubre de 2017?
R.- Si las cosas no cambian, sí. Oriol Junqueras ya dijo que ahora no es el momento de declarar la independencia sino de ampliar la base y de preparar todo de nuevo para no cometer los mismos errores que se cometieron en 2017. Por lo tanto, o hay un gobierno central que no ampara a estos partidos y una Cataluña leal a España o volveremos a ver lo mismo de hace cuatro años. Y aún peor porque al separatismo no les mueve ya tanto el objetivo de la independencia como el resentimiento y el odio por no haberlo logrado.