El Gobierno dio a conocer ayer, “a bombo y platillo”, el Plan de Ayuda al Turismo que, en teoría, debía servir para reflotar a uno de los sectores más castigados por la crisis del Covid-19. Más de la mitad de los 4.522 millones de euros de dotación del Plan son préstamos -como medidas de apoyo empresarial por un importe de 3.362 millones-. De hecho, uno de los tramos preferentes de la línea de avales del ICO facilitará créditos por valor de 2.500 millones. El paquete de medidas económicas incluye también moratorias hipotecarias para hoteles y establecimientos turísticos, así como para el pago de las cuotas de leasing de los autobuses y la reducción de las tarifas de aterrizaje de Aena, entre otras. Las primeras reacciones no se han hecho esperar y parece que el Plan no acaba de gustar a los agentes sociales.
Acelerar la deuda y morosidad del sector
“El Plan de Ayuda al Turismo no responde a la situación que atraviesa, y atravesará, el sector turístico, sobre todo a corto plazo. Tampoco tiene en cuenta lo que el tejido empresarial necesita y ha pedido en numerosas ocasiones a través de varias vías”, critican desde PIMEC turismo. Además, han reclamado una actuación contundente, efectiva y rápida, alertando que el sector necesita liquidez “de forma urgente” mediante ayudas directas en lugar de líneas de financiación. “Los préstamos contribuyen a incrementar el endeudamiento de las empresas”, han insistido.
Otra de las esperanzas del sector reside en que se prorroguen los ERTES del 30 de junio al 30 de septiembre, aunque todavía no hay acuerdo entre Ministerio de Trabajo, sindicatos y patronales. El primero propone incentivos a la reincorporación y penalizaciones al mantenimiento de la plantilla en los ERTES; los dos últimos sostienen que estos expedientes temporales se deberían prolongar hasta finales de septiembre, de acuerdo con el plazo fijado por el Ejecutivo en la propuesta inicial. Desde UGT y CCOO consideran que los ERTES son fundamentales para garantizar el empleo de calidad y la viabilidad del sector turístico.
«El sector necesita liquidez de forma urgente mediante ayudas directas, en lugar de líneas de financiación. Los préstamos contribuyen a incrementar el endeudamiento de las empresas»
PIMEC
Pérdidas superiores a los 15.000 millones en Cataluña
Hace unos días, la consellera de Empresa y Conocimiento de la Generalitat de Catalunya, Àngels Chacón, cuantificaba en 15.205,2 millones de euros la pérdida de facturación directa que experimentará el sector turístico catalán este año, tras la crisis del Covid-19. Chacón también vaticinaba la destrucción de un volumen de puestos de trabajo directos que oscilaría entre los 82.000 a los 95.000 trabajadores de un sector que aporta el 12% del PIB y el 14% de la ocupación en territorio catalán.
El plan de recuperación anunciado por la Unión Europea, dotado con 750.000 millones de euros, destinaría 145.000 millones a España, en un principio. Cataluña representa el 23% de la actividad turística de todo el país, por lo que podría recibir un importe aproximado de 7.500 millones que irían a parar al sector turístico catalán.