Tanto la Generalitat como el Gobierno de Pedro Sánchez siempre han negado que tenga lugar adoctrinamiento escolar en Cataluña, pese a las numerosas denuncias que avalarían lo contrario. Por ejemplo, en 2018 la entidad constitucionalista Asamblea por una Escuela Bilingüe documentó una cantidad ingente de casos en su informe Instrumentalización nacionalista en Cataluña: el caso del 1 de octubre. Esta misma asociación, reveló este mes de octubre que un libro de lengua catalana de segundo de la ESO —para niños entre 12 y 13 años— de la Editorial Baula consideraba «extranjeros» a los madrileños, extremeños y andaluces.
Este ejemplo de adoctrinamiento fue expuesto ayer en el Parlament por el diputado de Ciudadanos, Nacho Martín Blanco, durante el pleno de la Cámara. «Es aberrante y es un proceso claramente orientado a la ingeniería social y la división de la sociedad. Decir que madrileño, extremeño o malagueño son gentilicios extranjeros en Cataluña es absolutamente infecto», fueron las duras palabras que dirigió Blanco al conseller de Educación, Josep González-Cambray. Blanco recordó que su padre mismo es madrileño, con lo que no se le antoja «razonable» que se les diga a sus hijos que el gentilicio «madrileño» es extranjero. Así, estimó que nos enfrentábamos a un claro caso de «adoctrinamiento en las aulas».
Unas horas después de su intervención, y a través de su cuenta de Twitter, Blanco se reafirmó en su denuncia: «Basta ya de extranjerizar a nuestros compatriotas. Cataluña es tan suya como nuestra».