Supuestamente, el nacionalismo tendría una cara más agreste, representada por Junts per Catalunya —Laura Borràs, por ejemplo, juzga «colonos lingüísticos» a los catalanes castellanohablantes— y otra más amable, representada por Esquerra Republicana de Cataluña, considerados socios prioritarios por el Gobierno de Pedro Sánchez. Sin embargo, dicha moderación en ocasiones es difícil de apreciar. Sin ir más lejos, ayer la diputada de esta formación en el Congreso, Montserrat Bassa, manifestó sin ambages desde la tribuna que los catalanes teníamos «asco y aversión» a la «policía española».
«Aún con los fallos que puedan tener, nuestra policía son los Mossos d’Esquadra», defendió Bassa, que afirmó que tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional «no son bienvenidos» porque durante el referéndum ilegal del 1 de octubre se evidenció que eran «fuerzas de ocupación». «¿A esos salvajes ustedes piensan que les queremos?», se preguntó. Y concluyó: «A esa Policía le tenemos asco y aversión, lo que le deseamos, tal y como corean las calles, es que se vayan y no vuelvan más, fuera las fuerzas de ocupación».
«Lo peor es que Sánchez les siga considerando socios preferentes», según Cs
Las palabras de la diputada han sido duramente criticadas por parte del constitucionalismo. Así, el diputado de Ciudadanos en el Parlament de Cataluña, Nacho Martín Blanco criticó en su perfil de Twitter: «Esta incendiaria diputada de ERC, dice que la Policía Nacional le provoca «asco y aversión». Claro, porque la policía defiende la democracia y la convivencia por las que tanto asco y aversión ha demostrado ERC. Lo peor es que Sánchez les siga considerando socios preferentes».