A finales de mayo, los comités de empresa de Nissan organizaban movilizaciones ante la falta de un proyecto o varios con los que ocupar los centros de trabajo de la Zona Franca, Sant Andreu de la Barca i Montcada i Reixac. En aquel momento nos decían: “Nos movilizamos, porque no nos fiamos”. El anuncio de la marcha de Nissan supuso un mazazo para el tejido industrial catalán. En cifras, afectaría a 2.500 puestos de trabajo directos y más de 20.000 indirectos.
Automoción eléctrica para suplir a Nissan
Esta mañana, ha tenido lugar la decimoprimera reunión de la mesa de reindustrialización de Nissan. Una reunión que marca una nueva etapa. Se han puesto sobre la mesa algunos de los proyectos industriales que más “suenan” para ocupar las plantas de Nissan. El más llamativo, y que podría garantizar la reubicación de toda la plantilla es el de Great Wall Motors, un fabricante chino de automóviles eléctricos.
Great Wall Motors se ha interesado por la planta de Zona Franca y estudiará la posibilidad de ocupar también la de Montcada. El fabricante catalán de motos eléctricas Silence se quedaría con la de Montcada i Reixac; mientras que el hub de descarbonización D-HUB se instalaría en Sant Andreu de la Barca. Los tres proyectos se mueven en el campo de la electrificación, sin duda el futuro de la industria automovilística.
Aun así, los comités de Nissan y los sindicatos insisten en que el proceso no está cerrado. Por lo tanto, analizarán a fondo estos proyectos y no descartan abrir nuevas vías de negociación en el futuro. Les importa, sobre todo, que se garantice el mantenimiento de la ocupación dentro de Nissan, pero también de su cadena de proveedores y auxiliares. De hecho, Great Wall Motors compite con el grupo belga Punch y el conglomerado de empresas españolas QEV Technologies. Eso no quita que los asiáticos se hagan, finalmente, con la codiciada planta de Zona Franca.