El separatismo y grupos de detractores de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tienen previsto un gran pitada cuando ésta tomase la palabra durante el pregón de la fiestas de La Merçè. Ante esta amenaza, y para evitar el abucheo que sufrió en circunstancias similares durante las fiestas de Gracia, Colau ha decidido blindar el lugar donde tendrá lugar la alocución, la plaza Sant Jaume, restringiendo su aforo —será necesario registrarse previamente para poder acceder.
La decisión ha sido criticada por la oposición municipal, que ha señalado que la alcaldesa buscaba acallar los silbidos y abucheos producto de su deficitaria gestión. En concreto, el portavoz del grupo municipal de Junts per Catalunya, Jordi Martí, ha denunciado que se cierre la plaza tras haber podido celebrar la Diada con «miles de personas en la calle». Los reproches de los neoconvergentes han sentado especialmente mal a Colau, que en una entrevista en La 2 les ha acusado de «buscar la confrontación», tanto en Barcelona como en el resto de Cataluña.
Así, tras precisar que ha sido el Procicat quien ha establecido un perímetro en la famosa plaza para evitar aglomeraciones, ha considerado «triste que Junts haya cogido esta deriva confrontativa, que quiera hacer polémica de todo y que lo haga mintiendo sobre la fiesta mayor». En este sentido, ha acusado a JxCAT de convertirse en el gran opositor a su modelo de ciudad, elogiando en cambio a ERC por aparcar las diferencias y aprobar sus presupuestos. «Es evidente que con Esquerra me entiendo mejor», ha aclarado.
Rahola la acusa de «hacerse caquita»
Otra muestra de las malas relaciones entre la alcaldesa y el entorno de Junts han sido las duras descalificaciones que la periodista Pilar Rahola, de simpatías neoconvergentes, ha vertido sobre Colau. Y es que en su videoblog Paraula de Rahola, la periodista no ha dudado atribuir el blindaje de la plaza Sant Jaume a la incapacidad de Colau para asumir las críticas: «Se estaba haciendo caquita».