El presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, Joan Canadell, se ha ofrecido este martes a entrar en política si hay «unidad» entre los partidos independentistas. «Si a corto plazo hubiera la posibilidad de recuperar la unidad estratégica«, ha dicho, «me plantearía dar un paso adelante, en cualquier posición que se me pidiera». El empresario estará, no obstante, al frente de la Cambra hasta septiembre del año que viene.
Canadell ha dado a conocer su intención de hacer carrera política a través de su cuenta de Twitter, en la que también ha explicado el porqué de su decisión, basado en la situación de las formaciones independentistas desde octubre de 2017. Según Canadell, hay partidos que «han cambiado su estrategia», en clara referencia a ERC. Otros «no ven cómo hacerlo». Y considera que hay también quien quiere «acelerar» pero no puede en solitario, como sería el caso de JxCat.
Las presiones de la ANC
Ante este panorama, Canadell reivindica un papel más activo de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), entidad a cuyo secretariado nacional se presentó la semana pasada la candidata Montserrat Soler, respaldada por el presidente de la Cambra. Aunque quedó en tercera posición y quien ganó fue la actual presidenta, Elisenda Paluzie, nada se sabe aún de quién presidirá la ANC, pues serán los 77 secretarios nacionales los responsables de elegir esta figura en los próximos días.
A juicio de Canadell, el nuevo secretariado de la ANC «será clave si es capaz de presionar a los partidos hacia un proyecto unitario para culminar el procés». Algo que también comparte el ex presidente y fugado de la Justicia española, Carles Puigdemont, quien, por su parte, ha hecho recientemente un llamamiento a la unidad independentista bajo una única dirección.
En el mismo hilo de mensajes, Canadell se ha referido, además, a «alguna otra posibilidad», aunque sin aclarar de qué podría tratarse: «Todavía no la veo clara. En todo caso, estaremos atentos estas próximas semanas por si pasan cosas que cambien el panorama político y social».
El rechazo de ERC
La de Joan Canadell parece, en realidad, una nueva presión sobre ERC, que, hasta el momento, ha negado por activa y por pasiva la posibilidad de concurrir a las próximas elecciones autonómicas de la mano de JxCat. Su coordinador nacional y vicepresidente del Govern, Pere Aragonés, insistió en este rechazo el lunes, asegurando que Cataluña es una sociedad «diversa y plural» y que el independentismo debe reflejar esa realidad.
A esto se añade que, hasta el momento, todas las encuestas son favorables a una victoria de los republicanos, por lo que es difícil que ERC quiera disolverse en una candidatura unitaria que pudiera estar liderada por alguien como Carles Puigdemont y que le haría perder todo el protagonismo. No se puede obviar, además, que las elecciones vienen forzadas por la decisión de JxCat de romper el pacto con ERC en la Generalitat tras la decisión del presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, de aceptar la sentencia que inhabilita al presidente Quim Torra como diputado. Una sentencia que en breve tendrá que refrendar o suspender el Tribunal Supremo.
Esta decisión de Torrent llevó a Torra y a JxCat a anunciar que daban por agotada la legislatura y que las elecciones se convocarían en cuanto se aprobaran los presupuestos de la Generalitat. Acababa el mes de enero y nadie podía prever que el COVID-19 daría al traste con cualquier plan. Los presupuestos se aprobaron a finales del mes de abril, en pleno estado de alarma y con la práctica totalidad de la población confinada en sus hogares. Y aunque ERC ha exigido desde entonces a Torra que convoque los comicios, el presidente se ha atrincherado en el Palau dels Canonges y niega cualquier posibilidad de ir a las urnas apelando a la necesidad de hacer frente a la crisis del coronavirus.
