Dicen que solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena y algo así le ha sucedido a dos de los CDR encausados por terrorismo y que están en estos momentos a la espera de juicio. Entrevistados por Vilaweb, Alexis Codina y Germinal Tomàs relatan, entre otras cuestiones, su paso por prisión y, sorprendentemente, recurren a Vox para intentar demostrar su inocencia.
Tomàs explica que, en la madrileña cárcel de Soto del Real, los funcionarios pasaron «de ir con pies de plomo» a tratarles «con total normalidad». Y añade: «Uno, votante de Vox, me reconoció que aquello no tenía sentido». En otro momento de la entrevista, Tomàs explica que tiene un compañero de partidas de airsoft «que es votante de Vox» y que «se indignó muchísimo» cuando, en el registro del domicilio de este CDR, la Guardia Civil encontró un aparato que, según la investigación, podría servir para fabricar explosivos. «Uno de los compañeros que vino a aquella partida», relata Tomàs, «es votante de Vox y se indignó muchísimo y nos dijo que ni yo era terrorista ni aquello eran explosivos».
Utilizados por el establishment separatista
Sorprende, por otro lado, cómo tanto uno como el otro tienen claro que el Govern catalán, es decir, Junts y ERC, les han utilizado. Todo ello a pesar de que recientemente la presidenta del Parlament, la poscovergente Laura Borràs, ha entregado la Medalla de Honor de la Cámara a los representantes de este grupo radical en calidad de supuestos represaliados. Para Alexis Codina, «la medallita» no es más que «un movimiento táctico» que tiene como objetivo evitar que los «represaliados hagan piña». «Si tienes que dar una medalla a gente acusada, quiere decir que alguna cosa no funciona», añade, «pero buscaban la ruptura, la discusión entre los grupos de apoyo».
Acusan ambos al Ejecutivo de Pere Aragonés de intentar «desmovilizar» al separatismo. «Al Govern le ha interesado», afirma Codina, «tirar por esta vía para bajar el soufflé«. Tomàs, por su parte, cree que el Govern intenta «redirigir» a los CDR «según sus intereses». Ellos tienen claro que su caso «es exclusivamente político» y de ahí que les choque la Generalitat «se haya personado en muchas acusaciones» contra radicales independentistas. «Somos cartas de una partida de póker», concluye Codina, «los políticos que vayan por donde quieran pero, como pueblo, tenemos que ir unidos. En la prisión hay pocos independentistas pero fuera cuesta mucho encontrar la humanidad que hemos encontrado».