El Gobierno no aceptará ni un referéndum por la independencia ni la ley de amnistía que reclaman los separatistas catalanes. Una vez más, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido claro a la hora de referirse a las reivindicaciones de los independentistas, que previamente la ha trasladado su homólogo autonómico, el republicano Pere Aragonés. Sánchez ha dejado también claro que la negociación entre el Gobierno y la Generalitat debe llevarse a cabo «sin prisa pero sin pausa y sin plazos«. Un rotundo mensaje a Junts y Guanyem-CUP, que han puesto un plazo de dos años a ERC para llegar a algún tipo de acuerdo con el Ejecutivo central.
El presidente, tras un encuentro de casi dos horas con Aragonés, ha subrayado que tanto la independencia como la amnistía no son «posibles». «La sociedad catalana», ha añadido, «no puede sufrir más desgarros ni fracturas. Y sobre todo después de la pandemia». También ha dejado claro que «lo que sea de España» tendrán que «decidirlo todos los españoles«.
44 posibles acuerdos
Sánchez ha explicado también que el Gobierno ha hecho «un análisis» de las reivindicaciones planteadas por el Govern en la última década. Un estudio a partir del cual se han elaborado 44 propuestas para ofrecer al Govern. La número 45 es la presentada por Aragonés, la consulta y la amnistía. Sobre este último punto, el socialista ha subrayado que «las posiciones están muy alejadas«. De ahí que su propuesta sea negociar antes aquellas cuestiones en las que es más fácil el acercamiento y se ha referido a acciones en ámbitos como la educación o el medio ambiente.
Sánchez ha señalado que existen tres factores que unen ahora mismo a España y Cataluña: la superación de la pandemia del COVID-19, la recuperación económica y la utilización de los fondos europeos Next Generation. Esto ha llevado al Gobierno a «actualizar la agenda para el reencuentro» con el independentismo, ha añadido, con el fin de lograr un «proyecto de unión y de recuperación de afectos».
Esta agenda, ha asegurado también el presidente, se tiene que desarrollar en tres ejes. El primero sería el diálogo, que pasaría antes por la escucha de ambas partes. El segundo eje debe ser la forma en la que se aborda «el futuro político de Cataluña«. Y, el último, plasmar el «compromiso inequívoco y rotundo del Gobierno de España con la ciudadanía de Cataluña».