A pocas horas de que se reúna en Barcelona la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat ni siquiera está claro cómo acabará la relación entre ERC y Junts. La posconvergencia no está dispuesta a aceptar la falta de protagonismo en una negociación acordada a principios de 2020 entre los republicanos y el PSOE. De poco ha servido el golpe sobre la mesa del presidente Pere Aragonés contra los integrantes de la delegación de Junts en la mesa. El partido de Carles Puigdemont mantiene su propuesta. Y, además, culpa al Gobierno de ser el responsable del veto y a ERC de permitirlo. «Es un mal presagio que ERC haya aceptado esta censura», ha dicho al respecto el secretario general de Junts, Jordi Sánchez.
En una rueda de prensa celebrada este martes, Sánchez ha señalado, no obstante, que «la salud del acuerdo» de gobierno entre ambas formaciones en la Generalitat «no queda afectada» por este enfrentamiento. El posconvergente ha insistido a lo largo de su intervención en culpar al Gobierno central de lo sucedido. Se ha basado en cuestiones como «la postura que tuvo el PSOE» cuando ERC propuso que participara en la mesa su secretario general, Oriol Junqueras, en un momento en el que «ni había sido indultado». Los socialistas mostraron su rechazo a esa posibilidad, de ahí que Junts deduzca ahora que han hecho lo mismo ante su proposición de que participen en la mesa de diálogo tres personas sin ningún cargo en el Govern: los indultados Jordi Turull y el mismo Jordi Sánchez y la diputada en el Congreso Miriam Nogueras.
Nivel político
Sánchez ha explicado que desde Junts se ha escogido a «una delegación del más alto nivel político» para negociar en «un conflicto de enorme trascendencia». «Solo desde una apuesta inequívocamente política», ha añadido, «se pueden encontrar soluciones». El secretario general de Junts también ha afirmado que la formación ha actuado «desde la lealtad» a su socio de gobierno, al que, sin embargo, ha reprochado no haber desvelado los nombres de sus representantes en la mesa hasta este martes.
Sánchez, finalmente, ha ofrecido su mano al republicano Pere Aragonés y le ha recordado, además, que en la primera y única reunión hasta ahora de la mesa de diálogo el separatismo logró acudir unido y bajo la dirección del entonces presidente del Govern, Quim Torra. En aquel encuentro también participaron políticos sin responsabilidades de gobierno como la republicana Marta Vilalta.