Sabemos que el Estado español carga con una Deuda Pública descomunal. A 30 de junio de 2021, España debe 1,426 billones de euros (30.340 euros per capita). Y está creciendo muy deprisa: son 80.000 millones más que a 31 de diciembre de 2020. Acongojante.
Hasta ahora, hemos conseguido convivir con esa deuda gracias a que hay dinero de sobra para refinanciarla y a que los intereses que tenemos que pagar a nuestros prestamistas son ridículos. Afortunadamente. Este viernes el bono español a 10 años cotizaba a un tipo de interés del 0,34%.
El Estado español carga con una Deuda Pública descomunal. A 30 de junio de 2021, España debe 1,426 billones de euros (30.340 euros per capita)
Que haya dinero de sobra y que los intereses sean tan ridículos se debe exclusivamente a la política monetaria puesta en marcha por el Banco Central Europeo (BCE).
Los programas de compra masiva de bonos
El BCE compra cantidades ingentes de deuda europea, de España, Francia, Italia, Alemania y demás países del euro. Eso es lo que permite nuestra supervivencia.
Desde 2014 el BCE tiene activado el APP (Asset Purchase Programme), a través del cual compra 20.000 millones de euros al mes. Sin límite temporal.
Al estallar la pandemia, en marzo de 2020, el BCE activó adicionalmente el PEPP (Pandemic Emergency Purchase Programme) dotado con 1,85 billones de euros. Ha desplegado ya 1,33 billones hasta agosto de 2021. El ritmo de compras en los dos primeros trimestres del 2021 es de 71.600 millones al mes. Brutal. Puede decirse que el BCE ha comprado casi toda la deuda nueva emitida por los países del euro. Límite temporal: al menos, marzo de 2022 y, en todo caso, hasta que termine la crisis por la pandemia. Se reinvertirán las cantidades que vayan venciendo, hasta final de 2023.
En marzo de 2020, el BCE activó adicionalmente el PEPP (Pandemic Emergency Purchase Programme) dotado con 1,85 billones de euros. Ha desplegado ya 1,33 billones hasta agosto de 2021
Los tipos de interés, por los suelos
Además de ayudar en forma tan decisiva a los Estados con la deuda, el BCE ayuda poderosamente a la economía manteniendo unos tipos de interés por los suelos. Se trata de que las empresas se animen a pedir prestado para invertir y crear empleo. O los particulares, para comprarse una casa.
El BCE ayuda poderosamente a la economía manteniendo unos tipos de interés por los suelos
Por eso, el BCE facilita a los Bancos todo el dinero que precisen, para que lo presten a sus clientes. Y el BCE se lo presta a los Bancos a tipo cero o casi cero. Y para que muevan el dinero penaliza sus depósitos en el BCE cobrándoles el 0,50%.
Qué pasa cuando sube la inflación
Esa política monetaria tan estimulante para la economía empieza a ser contraproducente cuando los precios suben demasiado. El objetivo del BCE está en mantener una inflación inferior, aunque cercana, al 2%. Lo que pasa ahora es que la inflación anual en la zona euro está en el 3% (3,30% en España, 3,90% en Alemania). Son datos a 31 de agosto. En EEUU la cosa es todavía más grave: allí están en el 5,30%. Es demasiado. Se encienden luces de alarma. Cuando suben tanto los precios, lo ortodoxo es enfriar la economía, retirando los estímulos (lo llaman “tapering”: reducir, disminuir).
En su reunión de 22 de julio, el BCE nos tranquilizó. El BCE entendía que el repunte de la inflación es transitorio y que el objetivo del 2% debe medirse a lo largo de un período temporal amplio. Por eso, comunicó que mantenía su política monetaria de compras de deuda y tipos de interés.
Qué ha pasado con la reunión del 9 de septiembre
Pero la inflación persiste en la zona euro. La electricidad, los carburantes y la escasez de microchips tienen la culpa. En el BCE la rivalidad entre partidarios de mantener los estímulos (palomas) y los partidarios de reducirlos (halcones) es más tensa. Y en su reunión de este jueves 9 de septiembre el BCE ha cedido, suavemente, a la presión de los halcones.
De este modo, el BCE acaba de comunicar que en el cuarto trimestre de 2021 reducirá ligeramente el ritmo de compras netas del PEPP. ¿Qué quiere decir “ligeramente”? No se explicita. Podemos pensar que, en lugar de 71.600 millones al mes, el BCE pasará a comprar unos 65.000 millones al mes. Ya veremos.
El BCE acaba de comunicar que en el cuarto trimestre de 2021 reducirá ligeramente el ritmo de compras netas del PEPP.
Las compras al amparo del APP continuarán igual. Y los tipos de interés se mantienen igual que ahora.
En diciembre de 2021 el BCE volverá a analizar la situación. Verá si termina la incertidumbre por la pandemia y se consolida la recuperación económica. A este respecto, el BCE es optimista: prevé en la zona euro un crecimiento del PIB del 5% en 2021, y del 4,6% en 2022. Y, en función de cómo vayan las cosas, puede haber más tapering.
Es la primera vez que el BCE anuncia una reducción en el volumen de compra de la deuda. Es su primer aviso. Muy significativo.
Qué va a pasar ahora
Es pronto para conocer el impacto de este primer aviso en los tipos de interés. Pero es muy probable que en diciembre de 2021 y en los primeros meses de 2022 el BCE anuncie nuevas reducciones en el volumen de compras de deuda. Y ojalá sea así porque eso quiere decir que estamos saliendo del agujero. Todo eso provocará subidas en los tipos de interés de la deuda pública. Parece inevitable. La cuestión está en cuánto subirán. Esperemos que el BCE siga ayudando para que no llegue la sangre al río. Y a ver qué pasa en las elecciones alemanas.
Es muy probable que en diciembre de 2021 y en los primeros meses de 2022 el BCE anuncie nuevas reducciones en el volumen de compras de deuda.
Qué hay que hacer en España
Ante ese escenario, los países europeos cargados de deuda, si quieren seguir con dinero barato, tendrán que ir reduciendo las emisiones de deuda nueva. Para eso es vital poner en marcha desde ya políticas contundentes de reducción del déficit. Vamos a entrar poco a poco en un entorno menos indulgente. Los prestamistas castigarán a los Estados menos disciplinados en esta tarea, exigiendo mayores intereses. España no se puede permitir esto.
Los países europeos cargados de deuda, si quieren seguir con dinero barato, tendrán que ir reduciendo las emisiones de deuda nueva.
Todas nuestras Administraciones tienen que diseñar una senda imperativa de reducción del déficit, en paralelo al desembolso de los fondos europeos, para el período 2021-2026, hasta llegar a un nivel cercano a cero.
Esperamos que el crecimiento económico mejore los ingresos por impuestos y cotizaciones sociales. Y habrá que subir algún impuesto cuando la recuperación se consolide. Pero, además, los políticos tienen que implementar políticas de reducción drástica del gasto. Que empiecen por ahí.