El caos se ha instalado en el separatismo catalán tras la decisión del Gobierno central de suspender la ampliación del Aeropuerto del Prat por no contar con el apoyo de ERC. Quedará así en el aire una inversión de 1.704 millones de euros, a ejecutar en una década, que sí contaba, sin embargo, con el respaldo de Junts, o, dicho de otro modo, del 50% del Govern catalán. Unos y otros se han tirado este jueves los trastos a la cabeza y, en este escenario, las organizaciones responsables de la manifestación del próximo día 19 contra el proyecto, que cuentan con el apoyo de Guanyem-CUP, han decidido mantener la convocatoria: «Ningún anuncio político asegura hoy por hoy que la ampliación del Aeropuerto del Prat se pare definitivamente y, por tanto, es imperativo seguir luchando para defender el Delta del Llobregat y para revertir el modelo de crecimiento, que se ha demostrado insostenible».
Aragonés pide la gestión para Cataluña
El presidente del Govern, Pere Aragonés, ha acusado al Gobierno central de querer «imponer su modelo» en la ampliación del aeródromo. «No aceptamos», ha dicho el republicano, «esta manera de decidir el futuro de una infraestructura tan importante». Aragonés, además, ha explicado que lo acordado inicialmente con el Ministerio de Transportes no tiene nada que ver con el proyecto presentado, consistente en «una ampliación de la pista del aeropuerto que afectaba a La Ricarda». Algo que, en su opinión, «nunca hubiera tenido el aval de la Comisión Europea«, cuyo dictamen medioambiental sobre el proyecto es vinculante. El presidente ha concluido reivindicando que sean las instituciones catalanas las que gestionen el Aeropuerto del Prat y que «con el con el consenso del país y la preservación ambiental, decidan su futuro«.
Amenaza velada de Junts a ERC
En Junts la crítica se dirige tanto hacia el Gobierno central como hacia sus socios de Govern, ERC. El secretario general de la formación, Jordi Sánchez, ha afirmado que «cuando un Gobierno del Estado rompe una inversión de 1.700 millones de euros, no está justificado seguir hablando de la necesidad y la bondad de dar apoyo a la estabilidad de ese mismo Gobierno». Un apoyo que se basa, ha añadido, en el objetivo de «evitar supuestamente otros gobiernos más nocivos para los intereses de Cataluña«. Sánchez ha dado así un claro toque de atención a los republicanos, que son los socios preferentes del socialista Pedro Sánchez en el Congreso.
Sánchez también ha advertido de que «ha llegado el momento de que ninguno continúe tirando pelotas fuera» y ha exigido al republicano Aragonés «una acción coordinada del separatismo», tal y como fija el acuerdo rubricado entre ERC y Junts al inicio de la legislatura. Con este fin, el partido de Carles Puigdemont ha pedido una reunión urgente al presidente de la Generalitat.
El secretario general de Junts ha subrayado que la decisión del Gobierno central sobre el Aeropuerto del Prat es «un incumplimiento enormemente trascendente por el fondo y por las formas». Sánchez ha rechazado los lamentos sobre lo sucedido y ha recordado a ERC que, juntos, tienen en el Congreso «23 escaños que son imprescindibles para mantener y garantizar una mayoría y una estabilidad al Gobierno» del PSOE y Unidas Podemos.
Los ‘cupaires’ advierten
La tercera pata del Govern, la coalición Guanyem-CUP, finalmente, había visto en la ampliación del aeródromo barcelonés una oportunidad de oro para poner en jaque al republicano Pere Aragonés. Comenzó cuando dio a conocer su total apoyo a la manifestación del 19 de septiembre y siguió con la amenaza de romper el pacto con ERC que permitió a Aragonés convertirse en presidente. El anuncio de varios republicanos de que irían a la manifestación rompió los esquemas de los cupaires que ahora utilizan para amenazar a ERC el argumento de que ha de dar a conocer su propio proyecto. Y, en el caso de que no les guste, rechazarlo y tener un motivo más para dejar de votar a favor del Govern en el Parlament.