El constitucionalismo se rebela contra el homenaje que el separatismo tiene previsto rendir este viernes a los «represaliados» del procés. La presidenta del Parlament, Laura Borràs, anunció la semana pasada que se iba a condecorar con la Medalla de Oro de la Cámara Catalana a «las víctimas de la represión y a los colectivos jurídicos que las defienden ante la causa general contra el independentismo». Cabe recordar que el secesionismo considera que en la actualidad hay más de 3.000 represaliados por la presunta represión del Estado, entre los que incluye a los personas que afirmaron haber recibido atención sanitaria tras el referéndum ilegal, así como a los investigados por cortar carreteras o a los políticos condenados —y ya indultados— por haberse levantado contra el orden constitucional.
Ahora, después de que Ciudadanos, PP, y Vox anunciasen su intención de no acudir a dicho acto, el PSC también ha manifestado que no asistirá al homenaje. «Haremos la ofrenda a Rafael Casanova, como cada año. Nosotros creemos que la Diada es de todos y queremos que sea un día en que todo el mundo se pueda sentir reconocido. Estas medallas no responden a este espíritu», reveló ayer el líder de los socialistas catalanes, Salvador Illa, atendiendo a los medios en las Cases d’Alcanar (Tarragona).
Más contundentes aún en su rechazo al citado homenaje han sido el resto de partidos constitucionalistas. El Partido Popular, por ejemplo, explicó en un comunicado que no iba a participar en ningún acto que «legitime el relato ficticio del separatismo y que le falta el respeto a millones de catalanes que día tras día sufren los atropellos del nacionalismo». Por su parte, el líder de Ciudadanos en Cataluña, Carlos Carrizosa manifestó que «si quieren condecorar a las «víctimas de la represión» del 1-O, que preparen medallas para todos los catalanes que pasaron miedo con el golpe de Estado».
Los ‘comuns’ sí asistirán
Quiénes si acudirán al controvertido tributo a los «represaliados» serán los comuns. Según esta formación, los separatistas han «instrumentalizado políticamente» la celebración del 11 de septiembre convirtiéndolo en un acto «partidista». Pero, pese a estos reproches, han confirmado su asistencia a la entregas de medallas aduciendo que se trata de un «acto institucional».